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Requena, Brizzola y Sebas celebran un gol de Paco Machín, en la victoria ante el Granada de Lalo Maradona (3-1).
Torre Pacheco y el otro fútbol
HISTORIAS EN BLANCO Y NEGRO

Torre Pacheco y el otro fútbol

El Efesé ganó 6 de los 8 partidos que jugó en el destierro pachequero en la campaña 87-88, utilizando todo tipo de armas, unas más deportivas que otras

Francisco J. Moya

Domingo, 15 de marzo 2015, 23:40

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Fue una temporada desastrosa, la del descenso a Segunda B tras seis años seguidos en la división de plata. Fue, además, la campaña de la mudanza del Almarjal al Cartagonova. Fue el año en el que Andrés Martínez, uno de los presidentes que más arriesgó para mantener en la élite al Efesé, acabó tirando la toalla y abandonó el club a su suerte. Pero no todo fue horroroso en la temporada 87-88. Durante esa campaña, se vivió un destierro a Torre Pacheco que aún hoy es recordado con nostalgia y mucho cariño por los aficionados albinegros que ya han superado la barrera de los 35 años.

Porque en el polideportivo de Torre Pacheco, donde la luz era escasa, los vestuarios eran dos barracones, las gradas eran maderas de quita y pon y se metían cuatro mil personas en un recinto preparado para que solo entraran dos mil, los aficionados del Cartagena vivieron varias tardes de gloria en Liga y dos noches coperas absolutamente inolvidables. Tan bien se le dio al Efesé 87-88 aquella transición entre el Almarjal y el Cartagonova (entre noviembre y enero no hubo otra alternativa que jugar en Torre Pacheco los partidos como local) que muchos de los protagonistas de aquellos encuentros aseguran hoy -casi 30 años después- que, de haber seguido jugando allí hasta el final de aquella campaña, el Cartagena no habría descendido aquel año a Segunda B. Luego, le costó 21 años volver al fútbol profesional.

Porque el polideportivo de Torre Pacheco se convirtió en un fortín, un campo en el que los chicos entrenados por Añil eran capaces de tutear a cualquier rival y sacar los puntos en juego. Ganaron 6 de los 8 partidos que jugaron allí. Vencieron en Copa del Rey a la Balompédica Linense (1-0), al Burgos (3-2) y a la Real Sociedad de Toshack, Arconada, Bakero y Beguiristain (1-0). Y en Liga, los Trasante, Valle, Da Silva, Sagarduy, Pedro, Brizzola, Sebas, Amorós, Paco Machín, Requena y compañía se impusieron a Xerez (2-1), Granada (3-1) y Oviedo (1-0). Empataron con el Lleida (1-1) y el único equipo que fue capaz de batir al Efesé en su destierro pachequero fue el Rayo Vallecano de Felines. Ganó 1-2, con tantos de Botella y Morón, un 6 de diciembre de 1987.

Hay un dato que lo dice todo. El modesto equipo albinegro (la plantilla quedó muy debilitada ese año por la falta de inversión de un cansado Andrés Martínez) ganó más partidos en Torre Pacheco en solo tres meses (seis) de los que ganó en el resto de la temporada en sus otros dos estadios (cuatro). En el Almarjal, antes de ser demolido, superó a Racing de Santander (4-1) y Castellón (4-0). En el Cartagonova, recién inaugurado, batió a Recreativo (1-0) y Elche (2-1). Y su única victoria a domicilio de toda la Liga 87-88 la obtuvo en Granada (0-2, con goles de Santís y Amorós).

En Torre Pacheco, la directiva albinegra utilizaba todas sus armas, fueran más o menos legales. En el duelo ante la Real Sociedad, justo cuando más atacaban los vascos en el segundo tiempo, se ordenó pulsar un botón y se apagaron todos los focos del estadio. El partido estuvo parado 25 minutos, los guipuzcoanos se enfriaron y en la reanudación los albinegros se vinieron arriba y acabaron ganando de manera sorprendente (1-0), gracias a un postrero gol de Paco Machín.

Tres semanas antes, tras caer una tromba de agua a media tarde antes de recibir al Burgos también en la Copa, la directiva alegó que las torres de iluminación no funcionaban y que el partido no podía disputarse. El campo estaba muy mojado y eso beneficiaba a los burgaleses. Además, apenas 500 personas habían ido al polideportivo pachequero en esa noche de perros. Y, al final, el partido no se jugó por falta de luz y el Burgos tuvo que volver la semana siguiente. Y perdió.

En la Liga, fue abandonar Torre Pacheco y pisar el Cartagonova (ya con el pésimo Pedro Mari Uribarri en el banquillo), y desmoronarse todo. El equipo, que era cuarto por la cola tras el último partido en su destierro de Pacheco, se hundió y fue colista las trece últimas jornadas.

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