Demasiadas piezas para un puzzle

el cuarto presidente del curso deportivo. Javier Marco será la nueva cabeza visible de un puzzle que no termina de encajar. Cuatro presidentes son muchos hasta para un Cartagena que ha vivido al borde del abismo del escándalo en los últimos años.

Son demasiados actores protagonistas a lo largo de algo más de doce meses que comenzaron el día en el que Paco Gómez echó a Pacheta, destituido con nocturnidad y alevosía. La gente se terminó de cansar de un Paco Gómez, que había sido excusado en sus desatinos por el dinero que había invertido, pero que nunca llegó a estar implicado en la ciudad de Cartagena.

La derrota ante el Caudal deportivo fue el inicio del fracaso de la una relación de amor y odio entre el de la Vega Baja y los aficionados albinegros. Ese día se le acabó la moral a Paco Gómez. Nunca olvidará la tarde en la que se le insultó en la que era su casa y delante de su esposa. Un hogar que había conseguido que fuera de Segunda y rozando la Primera.

Los sentimientos son importantes, pero no fueron el único motivo del progresivo adiós del de la Vega Baja. En el mundo real hay un problema mayor que ese y en el panorama empresarial todavía cobra más importancia. Desde aquel momento Paco Gómez decidió apartarse para luego terminar vendiendo el club. Del problema anímico surgió la figura de su sucesor, pero sin dinero casi nada funciona.

La liquidez

El problema que se desencadenó tenía un elemento que en esta vida es importantísimo. El dinero no da ni la felicidad, ni el talento, ni la clase, pero ayuda empresarialmente para que no se hunda el barco.

El factor anímico del desencuentro fue al final un acierto en un principio. Entre rumores y reuniones reales con Quique Pina, el miedo y la ilusión se repartían entre los seguidores. El fin no justificaba los medios para algunos y otros veían los éxitos previos del empresario murciano como la antesala del descanso albinegro.

Los celos, las envidias y las dudas dieron al traste con la operación y la cosa no salió bien. O sí. Emergió de la nada un chico que rozó la perfección en su reinado. Nada tenía que ver con el dueño ni en modales ni en formación, aunque no podía aportar dinero al proyecto.

Fran de Paula, nuevo presidente, supo ganarse a todos. Con estudios, buenos modales, una enorme sonrisa hasta en los peores momentos y mucha imaginación, pero sobre todo con ideas y sabiduría en el fútbol. Unido a Cristina Bustillo hizo lo posible por llevar adelante el proyecto, pero el dueño no solo estaba triste tampoco tenía dinero. Habrían formado una dupla espléndida porque uniendo lo mejor de cada uno la pareja era eficaz. También sufrió De Paula los celos del sueño, pero su buena talante le hizo triunfar. Logró la paz social. No es poco.

Sin dinero

La necesidad acuciaba y Gómez iba cediendo. Muchas deudas que no se pudieron compensar con la recaudación del choque copero ante el Barcelona. Denuncias de exjugadores que en muchos casos habían sido errores de planificación deportiva. Gómez no supo rodearse de verdaderos profesionales en muchas de sus etapas.

El club estaba más en venta que nunca, a pesar de que en junio si había suerte deportiva los iniciales problemas económicos podían verse solucionados. Vender entonces era más inteligente, pero había prisa y no dinero.

El desgaste era enorme, pero matizado por la buena gestión de De Paula. Entonces llegó la locura de nombres e intentos de compra. Grupos de los que poco se conoce a día de hoy y la venta fallida al mediático González Sobrino.

Tenía el madrileño su plan perfecto. Su inversión pensada no era excesivamente alta, pero decía tener su línea maestra con Hacienda. Cuando ya se daba por hecho oficialmente la aventura del empresario naufragó.

Intento fallido de venta

No convenció al dueño, entre los muchos rumores de su presunta falta de liquidez. Nunca se sabrá que había ocurrido, aunque se le recordará por sus fotos en las redes sociales y por haber intentado comprar el Rayo Vallecano con anterioridad. De Paula siguió tirando del carro, aunque ya aparecía el nombre de quien le sucedería meses después. Paco López buscaba junto a él y Cristina Bustillo un salvador para el club.

El ilicitano, exgerente con Paco Gómez, colaboró en la sombra y sin remuneración económica en la búsqueda del comprador que debía salvar el proyecto. Una vez conseguida la venta, nada sencilla fue la operación, fue nombrado presidente del consejo de administración. Fran de Paula se marchó con la cabeza alta, su misión cumplida y el cariño y la admiración de todos los trabajadores y los seguidores albinegros. Volvía a la grada a animar.

Paco López es un hombre serio en su trabajo, con formación en la materia y experiencia, mucha dedicación, pero sin el carisma mediático que su predecesor. Le ha dado poco tiempo a disfrutar de la presidencia. Ha seguido lidiando con los impagos por parte esta vez de Sporto Gol Man 2020 y Javier Martínez, como único inversor. Las desavenencias surgidas precisamente por ese asunto han hecho que el valenciano y el ilicitano hayan sufrido un desgaste en la corta pero intensa relación. Su futuro a día de hoy no se conoce. Será el martes cuando se empiece a detallar el nuevo organigrama y los recortes en pro de un equilibrio presupuestario, que advirtió el dueño.

Otros actores

En el proceso, el pasado que todo el mundo tiene y el club también se mezclaba de por medio. Florentino Manzano apoya desinteresadamente la candidatura de Javier Martínez y el valenciano le califica de asesor externo. Al menos eso dice. Sea cual sea su papel en el nuevo Cartagena es ahora lo de menos. El tiempo dará y quitará razones, aunque el oscurantismo con el que s eha desarrollado todo no ayuda a mantener la calma. Lo que necesita el club y lo que también necesita la afición es que llegue dinero.

Ahora llega el momento de Javier Marco. Será nombrado el martes en su propia comparecencia. Florentino sigue en la mente de todos, pero será este joven con estudios de Derecho y Ciencias políticas y con experiencia como futbolista el cuarto presidente en un solo año.

Demasiada locura teniendo en cuenta que la sangría económica no se ha detenido. Marco, es cierto que debe contar con el apoyo de todo el mundo, pero también tiene un hándicap. Ya no valen las palabras vacías, las frases hechas, ni los gestos de simpatía.

La afición necesita hechos antes del inicio de la campaña de captación de abonados. Marco tiene la oportunidad de lograrlo, pero el tiempo no juega a su favor. Los tropiezos no dan margen, ni tregua. El valenciano puede triunfar si empieza desde el martes a dar pasos firmes hacia la salvación. De lo contrario será más de lo mismo, aunque con una nueva fachada. La cuarta en un año.