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El canterano Sergio Jiménez, abatido en el suelo, tras el segundo gol del Avilés, que cerró el partido de ayer en el estadio Suárez Puerta
Asturias, patria maldita

Asturias, patria maldita

El Avilés imita al Caudal y tumba al Cartagena a las primeras de cambio

FRANCISCO J. MOYA

Lunes, 26 de mayo 2014, 08:17

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Se acabó. No hubo milagro porque el Avilés es un notable equipo de Segunda B. Y porque el Cartagena ha llegado al último mes de competición absolutamente roto, lastrado por la falta de gol de Fernando, el hombre que hizo volar al equipo en la primera vuelta, y el bajón físico y mental de sus dos mejores jugadores durante todo el curso, Carlos David y Antoñito. Si a eso le sumamos las desapariciones de Segura y Tarantino y la falta de pegada de los goleadores Megías y Fede, nos encontramos con una plantilla cortísima (no se pudo mejorar en enero) que solo ha podido poner corazón, dignidad, orgullo y casta en estos 180 minutos ante el Avilés. Pero no ha puesto fútbol. No ha tenido juego y le han faltado ideas. Y eso, en una fase de ascenso, te lleva a la eliminación.

Definitivamente, Asturias es una patria maldita para el Efesé. El modestísimo Caudal -que curiosamente ayer bajó a Tercera- abrió la caja de los truenos hace un año, firmando la sentencia del errático y desnortado proyecto de Paco Gómez. Ayer, a media hora de Mieres, el Cartagena más austero y comprometido de la década tuvo que rendirse ante la evidencia de que el Avilés era un rival inabordable. Inaccesible. Al menos, para el Cartagena de mayo, que no tiene nada que ver con el Cartagena de octubre, el del 1-4 de Tudela. Los de Tevenet lo dieron todo. Y ese todo no les dio para nada.

El inicio del partido fue un calco de lo que ha sido una temporada extraña, un tobogán de sensaciones desde el primer día. Como pasó en una decena de ocasiones en la Liga, Limones encajó un tanto en el primer minuto. Álex Arias, un genio que no pinta nada en Segunda B, colgó un balón al área y Geni recordó al delantero centro que siempre fue para cabecear y poner la pelota en la escuadra. Carlos David, rendido desde el minuto 1 de la eliminatoria, no le hizo sombra a Geni, demasiado cómodo.

Casi el segundo

Pudo ser mucho peor, ya que en la siguiente jugada Omar Sampedro le ganó la espalda a Antoñito y se plantó solo delante de Limones. Chutó fuera. Habían pasado dos minutos y el que había salido a todo trapo, como si tuviera que hacer tres goles para clasificarse, era el Avilés. El Cartagena, con una irreconocible alineación en la que había el doble de delanteros que de defensas, estaba noqueado. Fuera del partido. Si era posible remontar, había que resetear el disco duro y volver a empezar. El Avilés volaba. El Cartagena, solo andaba.

Poco a poco, gracias a las atrevidas y certeras arrancadas de Riau por la izquierda y a los amagos de Menudo por la derecha, los locales fueron metiéndose en su área y dejaron de pisar el área de Limones. El 4-1 del global les daba mucha tranquilidad. No había por qué tomar riesgos absurdos. Así, los visitantes se volcaron cada vez más y muchos jugadores merodeaban la portería de David Armengol. Las ideas no estaban claras, pero al menos había muchas ganas y buenas intenciones. El Cartagena amagaba, pero no golpeaba. En los últimos metros, ganaba el Avilés. En las dos áreas, ganaba el Avilés. Y, por eso, la eliminatoria acabó con un 5-1 a favor de los asturianos.

Fede y Fernando estuvieron a punto de dar un susto a la zaga avilesina. Pero a la hora de rematar, cuando lo más difícil parecía hecho, siempre aparecía Gonzalo, disfrazado de Godín, para abortar la ocasión de turno. Si no estaba Gonzalo, aparecía el otro central, un chico valenciano llamado César Soriano que estaba sin equipo hasta que el Avilés lo contrató en marzo. El caso es que los visitantes tuvieron algunas llegadas peligrosas, siempre protagonizadas por Riau, convertido en lateral y extremo. Un disparo suyo desde muy lejos y un cabezazo de Megías dentro del área pequeña fueron las ocasiones más claras de los cartageneros en el primer tiempo.

Carlos David, fuera

Los asturianos se dedicaron a guardar su amplia renta y no entraron en el juego agresivo y de contacto que propuso el Cartagena. Carlos David intentó desquiciar a Álex Arias, con la idea de forzar su expulsión. Y, al final, el que terminó desquiciado y expulsado fue el propio Carlos David, una sombra en este 'playoff' del gran jugador que ha sido durante toda la Liga regular. Arias hizo una gran jugada que Ito fue incapaz de convertir en el segundo gol al filo del asueto.

El resultado al descanso (1-0) era devastador. Si el Cartagena quería seguir soñando, era obligatorio marcar un gol en los primeros cinco minutos del segundo tiempo. Y lo pudo hacer. Concretamente a los 28 segundos, con una oportunidad clamorosa de Fernando, quien se plantó solo delante de David Armengol y lanzó fuera, demasiado cruzado. El sevillano, negado en las últimas semanas, se lamentó mucho. Sabía que no iba tener otra como esa. Pasaban los minutos y los de Tevenet comprobaron cómo todas sus opciones se esfumaban. Carlos David fue expulsado y en los siguientes minutos, tal vez porque los locales se relajaron, Megías y Riau dispusieron de dos ocasiones muy claras. El balón no entró, el Avilés se recompuso tras los dos sustos y a falta de 20 minutos el equipo cartagenero tiró la toalla. Ya era imposible marcar tres goles. Todo estaba perdido.

En la última jugada, con todo el Cartagena metido en el área del Avilés, Matías se quedó solo delante de Limones e hizo el segundo, tras una cabalgada de Álex Arias, el hombre de la eliminatoria. Así acabó para el Cartagena una temporada que ha sido estupenda, pero que ha terminado mal, con una nefasta participación en el 'playoff'. El año que viene, el tercero consecutivo en Segunda B, toca volver a intentarlo. Salir de este pozo es tan urgente como complicado.

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