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Los jugadores del Cartagena celebran con su afición el pase a la cuarta ronda de la Copa del Rey.

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Los jugadores del Cartagena celebran con su afición el pase a la cuarta ronda de la Copa del Rey. LOF

Dulce agonía en El Prado

Un golazo en la prórroga de Jesús Álvaro mete al Cartagena en la cuarta ronda tras vivir un infierno en Talavera

Francisco J. Moya

Cartagena

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Jueves, 21 de septiembre 2017, 08:04

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Noche loca en El Prado. Desde dos horas antes del partido se notaba que para los locales era una cita a vida o muerte. El partido de sus vidas. Todo acabó con una alegría tremenda. Cuando hay agonía y padecimiento, la felicidad siempre es doble. O triple si la recompensa es jugar contra un grande de Primera y conseguir que la ciudad de Cartagena sea de 'Champions' por un día. Y el Cartagena sufrió anoche muchísimo. Demasiado. Fue un infierno. Todas las ocasiones, salvo la del gol y una de Dani Abalo cerca del final de la prórroga, fueron de un Talavera que por empuje, ganas y determinación mereció mejor suerte. El ambiente fue caliente, subiendo de tono con el paso de los minutos. Hubo lamentables gritos de «¡vasco asesino!» a Aketxe e insultos racistas a Moussa. Al final del partido, tras la eliminación del equipo local, todo se descontroló. Cargas policiales para sacar a los ultras del campo, lanzamiento de botellas, puñetazos, carreras y persecuciones en los alrededores del estadio, situado en el centro de la ciudad.

CF Talavera

Sergio Arenas; Óscar Prats, Chato (Rober, minuto 85), Mario, Villarejo; Paul Quaye (Jesús García, minuto 71), Víctor Andrés; Melchor, Laerte (Jorge, minuto 76), Cristian; y Espinar.

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FC Cartagena

Marcos; Óscar Ramírez, Moisés, Míchel Zabaco, Jesús Álvaro; Sergio Jiménez (Hugo Rodríguez, minuto 71), Cordero, Chavero; Álvaro González (Dani Abalo, minuto 104), Aketxe (Moussa, minuto 75) y Cristo.

  • El detalle Medio centenar de seguidores del Cartagena animaron a su equipo desde una esquina de un campo que finalmente no se llenó. No obstante, los 4.500 espectadores (sobre un aforo de casi 6.000) que fueron a El Prado apretaron de lo lindo durante toda la noche.

  • Gol 0-1, Jesús Álvaro (minuto 91).

  • Árbitro Conejero Sánchez (extremeño). Amarillas a los locales Paul Quaye y Villarejo; y a los visitantes Aketxe, Cordero, Moisés, Hugo Rodríguez, Chavero, Cristo y Marcos.

  • El estadio El Prado. 4.500 espectadores.

  • También se han clasificado Numancia, Tenerife, Formentera, Ponerradina, Fuenlabrada, Cádiz, Elche y Real Murcia. Hoy se juegan los partidos Cultural Leonesa-Valladolid y Zaragoza-Lugo.

Más allá de la crónica de sucesos, en lo deportivo hubo suerte. Moisés sacó bajo palos un balón que entraba en el último segundo de la prórroga. Tres minutos antes, Marcos sacó una mano milagrosa para evitar un tanto de Espinar después de que Óscar Ramírez hubiera evitado un gol en la misma línea, tras un disparo de Melchor. Así acabó un partido de 120 minutos en el que el Efesé se pareció muy poco al equipo dominador, talentoso y eficaz de semanas anteriores. Nunca estuvo cómodo y nunca fue superior a su rival, que supo acortar la distancia de calidad entre plantillas con entrega, trabajo y pierna dura.

Se veía venir el sufrimiento. Estuvo muy incómodo el Cartagena en El Prado, desde el primer minuto hasta el último. Realmente, desde el primer segundo, ya que desde el saque de centro el Talavera dio bocados y asustó al equipo de Monteagudo. A los diez segundos ya tuvo que ir al suelo con todo Míchel Zabaco para evitar que Espinar se quedara solo delante de Marcos. A los dos minutos, el lateral Villarejo soltó un cañonazo que Marcos sacó de la escuadra con una espectacular estirada. Los locales volaban y los visitantes esperaban. El primer cuarto de hora fue un suplicio para los cartageneros y en el primer tiempo tuvieron ocho saques de esquina los de casa.

Esfuerzo y carreras

Fue mejorando el equipo visitante con el paso de los minutos, gracias al esfuerzo de Chavero y las carreras por la derecha de Álvaro González. No obstante, ni Aketxe ni Cristo conectaban y la zaga talaverana vivía muy tranquila. Entró mejor en el terreno de juego el Efesé en el segundo acto, con Chavero definitivamente echándose el equipo a sus espaldas y Álvaro González percutiendo por el costado derecho. Pero un error de Míchel Zabaco posibilitó que Espinar se quedara solo delante de Marcos. Tiró fuera cuando se veía venir el gol. Y eso volvió a meter al Cartagena en un mar de líos. La grada se vino arriba y, con ella, los jugadores locales. Llegaron los cambios y el local Jorge se empeñó en evitar la prórroga. En el arreón final del Talavera, Marcos tuvo que sacar dos manos sensacionales para que el Efesé llegara a la prórroga. Hay un dato que lo explica todo. El Cartagena no chutó a portería en los 90 minutos reglamentarios.

La puntilla

Sin embargo, como el fútbol es tan cambiante como maravilloso, en la primera jugada de la prórroga, Jesús Álvaro avanzó por la banda y cuando todo el mundo esperaba un centro soltó un misil que se coló por toda la escuadra de un sorprendido Sergio Arenas. Marca pocos goles el lateral canario, pero todos son decisivos. El que casi manda a Tercera al Cartagena cuando jugaba en el filial de Las Palmas, el del año pasado en Alcoy, el del minuto 119 contra el UCAM y el de ayer, en un momento crítico. Es uno de esos goles que cambian dinámicas y tendencias. Es el gol que logró que el Cartagena anoche fuera el rey en la ciudad de la reina.

El 0-1 dejó tocado a los de Fran Alcoy. Pero la grada no se rendía. Y exigía una última carga a los suyos que fue dinamita pura. Antes de que entre Marcos, Óscar Ramírez y Moisés evitaron el empate en los tres últimos minutos, la mejor jugada de la noche (entre Cristo y Moussa) acabó con un certero disparo de Dani Abalo que era gol. Salvó bajó palos el local Villarejo. Y a un minuto del final, Hugo Rodríguez se quedó solo delante del meta local. Pero se le fundieron los plomos y no marcó el segundo. Se empezó sufriendo y había que acabar así. Pitó el árbitro y la victoria se convirtió en gesta. Salir vivo de la localidad toledana de Talavera de la Reinasupone tocar la gloria dentro de unas semanas. Ojalá toque el Madrid. O el Barça. Ya es posible. El sueño ya está ahí.

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