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Moisés, Arturo y Sergio García corren a por un posible rechace mientras el balón supera la barrera visitante en la acción del gol de Gonzalo.
Un trámite para ser líder
CRÓNICA

Un trámite para ser líder

El Cartagena aprovecha un nuevo tropiezo del Marbella y defenderá su primer puesto en Almendralejo

Francisco J. Moya

Lunes, 14 de noviembre 2016, 00:09

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No es por ti, es por mí. No eres tú, soy yo. No he madurado todavía. Perdona, tú te mereces algo mejor. Es mejor así, no quiero hacerte daño. Yo no soy suficiente para ti. Seguro que muchos han utilizado o, al menos, escuchado expresiones de este tipo en algún momento crítico de su vida, en esos instantes en que una puerta se cierra de manera definitiva, por mucho que tú te empeñes en que se quede abierta. Son eufemismos que uno (o una) utiliza para no herir más de la cuenta al otro (o la otra) o tratar de sustituir a otras expresiones que podrían añadir más dramatismo a un episodio que habitualmente ya va bastante cargado de desdicha.

El caso es que al convertirse anoche el Cartagena en líder, lo que llevaba buscando desde el tercer fin de semana de agosto y ha tardado catorce semanas en conseguir, uno podría caer en la trampa de buscar un eufemismo y hablar de 'victoria aseada ante un rival correoso'. O incluso tirar del tópico 'suma y sigue'. Ya puestos, uno podría aferrarse al manido 'cumple con el trámite tras ponerse el mono de trabajo' o recurrir al clásico 'triunfo trabajado en un partido complicado'.

Todo es aceptable, opinable y enjuiciable. Pero no nos engañemos. No nos hagamos trampas a nosotros mismos. A nadie le gusta que le mientan. Aunque a veces duela, el camino más correcto es el de la verdad. El de llamar a las cosas por su nombre. En las cosas del amor, por supuesto. Y en todas las demás, lo que inevitablemente nos lleva al fútbol, la cosa más importante de las cosas que no son importantes, como en su día definió a este juego el sabio italiano Arrigo Sacchi.

Así, no pasa nada por admitir que lo que vimos ayer en el Cartagonova fue un tostón infame, el peor partido visto a orillas de Benipila desde que Alberto Monteagudo entrena al Efesé y uno de los más esperpénticos de las últimas temporadas. Y eso tiene su demérito, ya que la Segunda B es lo que es y en el Cartagonova solemos zamparnos bodrios solemnes con cierta frecuencia. Lo que pasa es que el fútbol es tan maravilloso que quiso que precisamente un encuentro tan raquítico y con un juego tan feo acabara aupando finalmente al liderato al Cartagena. Lo normal (y lo bonito) habría sido que hace diez días el Efesé hubiera alcanzado la cima de la tabla tras el recital de fútbol que dio ante el Marbella (3-0). Pero entonces se quedó a un punto de los malagueños.

Pasa al Marbella

Ya sabemos que fútbol y lógica no siempre van de la mano y -tal vez por eso- ayer, tras la peor actuación como locales de los albinegros en lo que llevamos de Liga, el triunfo en esta ocasión sí le sirvió al Cartagena para acceder por fin al liderato, aprovechando el nuevo fallo del Marbella (ha sumado 1 de 12 en los últimos cuatro partidos). Los de Nafti solo empataron en su campo ante el Jaén (2-2). De este modo, el Efesé se coloca en primera posición, con 29 puntos, uno más que el Marbella y dos más que el Lorca.

El botín es lo que importa. Lo conseguido es nada. Todo está por conquistar. Pero estar por delante de los otros 19 equipos del grupo tras las primeras 14 jornadas es un síntoma. Un buen indicio. Evidentemente, para mantenerse ahí (el domingo toca defender el liderato por vez primera en el Francisco de la Hera de Almendralejo), habrá que rendir a mucho más nivel del mostrado en los dos últimos partidos, el de la victoria sin brillo de ayer y el de la derrota sin fútbol de la semana anterior en Jaén.

El partido que dejó al Efesé como líder tuvo muy poca historia. Sergio García, con un zurdazo lejano, y Óscar Ramírez, con una internada que acabó con un buen disparo que sacó 'in extremis' el meta visitante Manu López, avisaron en los diez primeros minutos. El 1-0 llegó de la forma menos esperada. Tras un derribo en la frontal al intermitente Arturo, el cartagenero Gonzalo Verdú se pidió lanzar el libre directo, por delante de Cristo y Óscar Ramírez. Y acertó de pleno. Ejecutó con maestría el lanzamiento y todo el estadio festejó el gol. La cuesta no parecía empinada. Y el 1-0 tan rápido mejoraba aún más el panorama. Moisés, con un remate de cabeza que salió desviado tras un saque de esquina bien puesto por Quique Rivero, y Sergio García, con un remate forzado cerca del poste, tuvieron buenas ocasiones para ampliar la renta antes del descanso.

El colista Atlético Sanluqueño fue inofensivo y demostró por qué anda ya a nueve puntos de la zona de salvación. Por más que Mawi lo intentara desde lejos o el central José Romero conectara de manera defectuosa un testarazo en un córner mal defendido por los locales, la sensación es que más pronto que tarde sentenciaría el encuentro el Cartagena. Todos sabían que lo normal es que llegara el 2-0, incluidos los futbolistas del Sanluqueño. Y vino de nuevo de una manera bastante imprevista. Sergio García colgó un balón al punto de penalti y antes de que Arturo lo pudiera rematar, Casabella empujó a Juanlu Hens dentro del área y el árbitro señaló penalti de un modo un tanto extraño. Arturo, marcando por la escuadra, anotó la pena máxima. Era el minuto 61. Y ahí acabó el partido. La última media hora sobró. No hubo disparos. No hubo guerra. Por no haber, no hubo ni escaramuzas.

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