Se llama Ricardo Segado, tiene 26 años y es concejal de Deportes. Está en edad de aprender, escuchar y crecer, sin duda. Puede que esta oportunidad en política -tal vez la primera y la última que vaya a tener en su vida- le haya llegado demasiado temprano. Puede. El chico está a punto de cumplir su primer año en el cargo e intenta, a su manera, mejorar el funcionamiento de un departamento que conoció lo que es la marginalidad durante los 20 años de mandato de Pilar Barreiro, una alcaldesa a la que le interesaba tanto el deporte como a mí la trigonometría analítica. En la interminable etapa de Alonso Gómez López se desperdiciaron los años del ‘boom’ económico para situar al deporte local en el lugar que le corresponde. Acabado ese tiempo, lo que vino después, con José Cabezos y Diego Ortega, fue un retroceso bochornoso hacia la nada más absoluta.
El caso es que, tras el adiós de Barreiro y la llegada de José López a la Alcaldía, todo estaba por hacer en una materia tan sensible y tan diferente a todo lo demás como es el deporte. Y había muchas esperanzas depositadas en que los dirigentes de Movimiento Ciudadadano (MC), un partido de marcado acento cartagenerista y que siempre estuvo muy cerca de los clubes y deportistas locales (y de sus reivindicaciones) le dieran un buen impulso a una concejalía de encefalograma plano durante los últimos años. Pero de momento, once meses depués de la toma de posesión de Segado como concejal de Deportes (también lleva las áreas de Cultura, Patrimonio Arqueológico y Juventud), el balance no puede ser más descorazonador.
Porque nada ha cambiado y, por momentos, Segado recuerda, con 30 años menos, a ese Alonso Gómez que salía en todas las fotos y hablaba -para finalmente no decir nada- en ruedas de prensa de todo tipo y condición. Como le pasaba a aquél, a Segado se le atragantan los asuntos con miga, en los que de verdad se ve si el político de turno tiene ‘pasada la ITV’ o no.
Hay un ejemplo muy clarificador. En la oposición, MC casi se apropió de las quejas del EF San Ginés acerca del lamentable estado de abandono que sufre ese club y su histórico campo, el Mundial 82. Pues bien, tras casi un año de MC en el poder, todo sigue igual -de mal- que en la etapa del PP. En cuanto al césped artificial, uno de los estigmas del anterior Gobierno local, nadie entiende cómo ahora se están retrasando tanto los proyectos de Barrio Peral y Las Seiscientas.
Y el lío que tienen montado Segado y compañía con el tema de las subvenciones es de órdago. Todos opinan y ninguno decide. Y mientras tanto, van dejando pasar los meses, por si las musas vienen una mañana de visita. Por no hablar del Palacio de Deportes, una instalación que el alcalde quiere abrir en septiembre, a pesar de que los técnicos de Deportes dicen que eso es materialmente imposible. A ver qué pasa. El caso es que todo sigue igual con el concejal que quería cambiar la concejalía. Y en este último año, lo único que nos ha quedado claro es que no es lo mismo predicar que dar trigo.