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Ceballos, muy forzado, saca un centro junto al banderín de córner.
Una mancha en Melilla

Una mancha en Melilla

Un tempranero tanto de Cascón tumba al Cartagena en un horroroso partido, en el que acaba la racha de imbatibilidad de Monteagudo

Francisco J. Moya

Domingo, 8 de mayo 2016, 22:43

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La resaca del derbi duró más de lo necesario. Y el Efesé lo pagó con una derrota que sinceramente a pocos sorprendió en el frío, desierto e incómodo Álvarez Claro melillense. Una lástima, fundamentalmente para los amantes de la estadística, ya que Alberto Monteagudo se dejó su gran racha de imbatibilidad en Melilla, donde el Cartagena hizo su peor partido desde que el técnico manchego está en el banquillo y no pudo encadenar su 14ª jornada sin perder. Una derrota cada catorce partidos es un balance que firmaría cualquier entrenador, desde luego. Pero eso no le quita a Monteagudo el mal sabor de boca por no poder cerrar la Liga invicto. El equipo local le puso un punto más de intensidad a un partido muy flojo y sin tensión y se quedó con los tres puntos, gracias a un tempranero gol, en un saque de esquina botado por Sufian, de Diego Cascón (minuto 10).

Con Luque e Indiano en el centro del campo, dejando a Sergio Jiménez (quien se pasó toda la noche vomitando) y Quique Rivero en el banquillo, los albinegros se plantaron en el Álvarez Claro con la intención de dejar sentenciado su pase a la Copa del Rey, conscientes de que la victoria del Mérida en Sevilla les obligaba a seguir sumando puntos. Se enfrentaban a un rival ya salvado y que no se jugaba absolutamente nada. Pero curiosamente le puso más ganas el equipo local. Los visitantes apenas dispusieron de ocasiones en una mañana aciaga de los Chus Hevia, Sergio García, Menudo, Juanlu Hens y compañía. Un centro de Sergio García al que no llegó por muy poco Jesús Álvaro y un zurdazo del propio García que se fue por encima del larguero fueron las dos únicas llegadas de relevancia de los visitantes en los 90 minutos. Un auténtico horror para un equipo que en nada se pareció ayer al que ocho días antes batió al Murcia en un derbi precioso.

Sin juego

Los primeros minutos fueron de tanteo, con Sufian y Hamin intentando conectar con Cascón en los locales, aunque Ceballos y Ayoze, de lo único salvable ayer en el Efesé, siempre se adelantaban al ariete del Melilla. Jorge Luque estaba muy activo, como queriendo aprovechar lo que salvo sorpresa fue su última actuación como titular en el Cartagena. El cordobés quería la pelota más que Indiano, quien no obstante chutó con mucha intención en un libre directo que se fue alto. Menudo aparecía más que Sergio García, pero ninguno de los dos estaba cómodo. Juanlu Hens y Chus Hevia se buscaban por el centro, pero no se encontraban. Los visitantes, por vez primera en las diez últimas semanas, se quedaron sin juego, sin ideas y sin llegadas a la portería contraria, donde el meta Dani Barrio pasó una mañana demasiado plácida.

Antes del gol, llegó el aviso. Una fenomenal cabalgada del lateral Pepe por la derecha terminó con un centro al punto de penalti que Cascón no conectó porque Mario Sánchez se adelantó y envió el balón a córner. No obstante, en ese mismo saque de esquina llegó el tanto que al final dejó los tres puntos en Melilla. Cascón se adelantó a su marcador y empujó a la red, en el segundo palo, un servicio de Sufian desde la esquina. Todos los jugadores del Cartagena se quedaron estáticos, mirando cómo el ariete local hacía su noveno gol del curso, en una clara demostración de la falta de intensidad y concentración mostrada ayer en Melilla por los jugadores entrenados por Monteagudo.

Con el 1-0, el Melilla se agazapó y demostró los motivos de su resurreción en esta segunda vuelta. Los de Granero, que son el mejor equipo del grupo en las diez últimas jornadas, demostraron que es casi imposible hacerles un gol. Y es que ni siquiera conceden ocasiones. Segurísimos sus laterales, fundamentalmente Pepe, y muy contundentes sus dos centrales, Bolaños y Mahanan, la clave de su seguridad defensiva reside en un doble pivote fiable como pocos en esta categoría. Nando y Diakité se hartaron de destruir juego ante un Cartagena que, perdido y aburrido, poco a poco fue dimitiendo en un partido feo e insufrible.

Perdonan los locales

Mediado el primer acto, Limones sacó una buena pierna para evitar el gol en otra internada de Pepe, que acabó con un chut raso. Y en un contragolpe bien liderado por Juanlu Hens, Sergio García se sacó su único centro peligroso de todo el partido. Ni Jesús Álvaro ni Chus Hevia pudieron conectar un remate certero. Antes del descanso, en un contragolpe de los de Granero, Mahanan falló de un modo increíble cuando estaba solo delante de Limones. Tiró la pelota por encima del larguero como si fuera un alevín. La jugada resume lo que fue el partido para el Efesé. Juanlu había sacado una falta peligrosa al borde del área, pero muy esquinada. Entre Menudo, Luque e Indiano pensaron en una jugada ensayada. Salió de pena y lo que hicieron fue regalarle la pelota a los locales, que se plantaron rápido ante Limones en un contragolpe de tres contra uno. Afortunadamente, Mahanan perdonó el 2-0 de una forma un tanto cómica.

El mismo Mahanan y Sufian tuvieron otras dos oportunidades en el inicio de un segundo tiempo pésimo de ambos equipos. Un zurdazo de Sergio García fue el único intento reseñable de los visitantes, que no mejoraron con los cambios y ni siquiera tuvieron ese arreón final tan típico de los equipos que pierden por la mínima y ven que el tiempo se agota. Ni eso se vio ayer en Melilla.

Tras esta derrota, el Efesé necesita ganar en la última jornada al descendido San Roque de Lepe para lograr su clasificación para la próxima edición de la Copa del Rey. Solo tiene un punto más que un Mérida que la semana próxima despide la Liga en su campo ante el colista Almería B. Al Cartagena, por tanto, no le servirá el empate.

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