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Chus Hevia posando en la Alameda, con el Escudo al fondo, ayer por la tarde.
«Me enfado mucho si no juego. Si eso es ser díscolo, por supuesto que lo soy»

«Me enfado mucho si no juego. Si eso es ser díscolo, por supuesto que lo soy»

delantero del FC Cartagena

Francisco J. Moya

Jueves, 21 de abril 2016, 23:13

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Chus Hevia (Oviedo, 1990) no ha tenido el regreso que esperaba. Vino en enero del Racing de Santander, con la idea de ser tan importante como lo fue el año pasado y completar una segunda vuelta tan redonda como la que firmó con Manolo Palomeque en el banquillo (9 goles). Fue el 'jugador-franquicia' del Cartagena 14-15. Y para eso volvió. Pero las cosas se torcieron demasiado pronto. Ahora, tras marcar dos goles en las dos últimas jornadas saliendo desde el banquillo, empieza a ver la luz al final del túnel. Aún no es titular, pero su cara ha cambiado.

- ¿Cómo anda?

- Mejor ahora. He tenido unas sensaciones muy extrañas desde el primer día, que no sé ni explicar con palabras. Pero veo que lo peor ya ha pasado y solo pienso en terminar bien esta Liga, hacer los goles que pueda en los últimos cuatro partidos y prepararme para empezar a tope la próxima pretemporada.

- ¿Por qué ha cambiado tanto el equipo con Monteagudo?

- Yo creo que seguimos haciendo las mismas cosas que antes. El equipo trabajaba bien con Víctor y llegaba mucho, pero no había suerte de cara a gol. Y eso mermó poco a poco la confianza de todo el mundo e hizo que nos atascáramos como equipo.

- Para usted, sería muy raro todo, ¿verdad? Vino por Víctor y él fue destituido a las tres semanas de estar usted de vuelta en Cartagena.

- Lo de Víctor fue una putada. Porque es muy buen entrenador y muy buena persona. Yo realmente estoy aquí por él. Me llamó, me dijo tres cosas y me convenció. Cogí las maletas y de un día para otro estaba aquí, otra vez. Supongo que estas cosas pasan en el fútbol.

- Y llegó Monteagudo, que al principio lo mantuvo en el 'once' inicial. Pero pronto lo mandó al banquillo. ¿Cómo lo lleva?

- Pues estoy jodido. Esa es la verdad. Pero no puedo quejarme. Entró por mí Juanlu [Hens] y él lo está haciendo muy bien. Se merece ser titular. Yo no he sido yo en ningún momento de la temporada y tengo que ser justo, conmigo mismo y con mis compañeros. Si estoy fuera del equipo es porque no me he merecido ser titular. Por tanto, lo único que puedo hacer es trabajar y mejorar. Sé quien soy y sé lo que puedo dar. Yo no me voy a conformar nunca con ser el jugador número 12 y jugar solo media hora por partido. Ya me pasó el año pasado, que con Julio Ribas solo entraba en los últimos minutos. Y al final lo acabé jugando todo con Palomeque. Si trabajas llega tu recompensa.

- Tiene usted cierta fama de jugador díscolo. Le etiquetan como conflictivo, sobre todo si no es titular. ¿Es así?

- Desde que salí de los juveniles del Villarreal me han puesto un montón de etiquetas en mi vida, unas justas y otras injustas. Me enfado mucho si no juego. Y no puede hablarme nadie en casa porque me pongo de muy mal humor. Si eso es ser díscolo, por supuesto que lo soy. Pero es que si un futbolista no se enfada cuando no juega, lo mejor que puede hacer es dejarse esto y quedarse en su casa viendo la televisión. Eso sí, lo que no soy es mal compañero Me gusta hacer piña. Y jamás voy a hablar mal de nadie. Eso nunca.

- ¿Qué le falta para eclosionar? Yo le veo con todas las condiciones para explotar y llegar a la élite. Pero ya tiene 25 años y sigue en Segunda B. ¿Dónde está el problema?

- Entiendo la pregunta, pero no sé ni cómo contestarla. A ver...Por ejemplo, este año cuando me fui a Santander ya sabía que aquello iba a salir mal. Y no hablo de Munitis ni de nadie. En verano tuve otras ofertas [de Segunda A] que al final no fructificaron. Y me vine un poco abajo al ver que no aprovechaba mi buen año en el Cartagena para dar el salto. Era una sensación de que otra vez se me escapaba el tren del fútbol profesional. Y en este deporte, sea en la categoría que sea, si te falta ese puntito de motivación al final te quedas clavado. Yo espero que el año que viene, por fin, sea redondo, para mí y para el Cartagena. Que todo vaya de la mano y que nos metamos en la pelea por el ascenso.

- ¿Qué ha cambiado en el Efesé del año pasado a éste?

- Todo. Pero especialmente la tranquilidad para trabajar. El año pasado teníamos muy buena plantilla, con jugadores como Carlos Martínez o Prosi, que este año se están saliendo en sus equipos. Pero era imposible rendir en un club que era un caos y en el que cada día pasaba algo.

- Usted estuvo sobresaliente.

- Es verdad que para mí, a pesar de todo, fue un buen año. Hice goles.

- ¿Le sorprendió que no renovaran a Manolo Palomeque?

- Un poco, sí. Yo creo que él merecía seguir en el banquillo, aunque no soy quien para decir si la decisión estuvo bien o estuvo mal. Se lo merecía por salvar al equipo en unas condiciones extremas, jugando algunos partidos con cinco chicos del filial, de Preferente. Yo digo que después de un año así nos teníamos que salvar así, de forma milagrosa. Y luego está lo no deportivo. La gente no sabe de la misa ni la mitad. Fue increíble cómo nos ayudó fuera del campo, en muchas cosas. Y lo que hizo por este equipo no lo sabe nadie. El fútbol le debe una. Y será justo con él.

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