Antonio Turpín, capellán del Cartagena durante las últimas cuatro décadas, falleció este jueves en Elche a los 75 años de edad, después de varias semanas luchando por su vida en varios hospitales, primero en Orihuela y luego en Elche. Turpín, fraile franciscano nacido en Ricote en 1940, llegó a Cartagena a mediados de la década de los setenta. Y durante 40 años estuvo muy ligado al fútbol local, tanto por su faceta de capellán y aficionado del Efesé como por ser uno de los fundadores de la escuela de fútbol del colegio Franciscanos, donde fue profesor durante más de 30 años. Además, colaboró con la Escuela de Fútbol de Ciudad Jardín.
Turpín, que será enterrado mañana por la tarde en Orihuela, falleció por culpa de una gangrena causada por una diabetes que padecía desde hace tiempo. Tras superar tres infartos, el capellán del Cartagena no pudo finalmente salvar su vida. Fue homenajeado el pasado verano en el Cartagonova, antes del partido de presentación ante el Albacete y hasta el final ha estado muy atento a todo lo que sucedía en el Efesé.
Turpín se hizo bastante famoso en el verano de 2009, tras el ascenso de Alcoy, primero por decir que Carmona, héroe de El Collao, era «Dios» y poco después por «prestarse» a ser la imagen de la campaña de abonados del club, cuyo lema, ‘Bienaventurados los que creen, somos la ostia’, no dejó indiferente a nadie. Cientos de cartageneros, buena parte de ellos católicos, arroparon públicamente a uno de los curas más populares de Cartagena en un verano en el que Turpín fue duramente censurado por los altas instancias del Obispado de Cartagena. En la imagen de aquella campaña, Turpín elevaba a los altares las botas con las que Mariano Sánchez jugó en Alcoy.