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F. J. M.
Viernes, 20 de noviembre 2015, 00:06
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El equipo que visita este domingo el Cartagonova, el Marbella FC, es uno de los más peculiares de Segunda B. Y no por los futbolistas que forman su plantilla, plagada de clásicos del grupo IV, tales como Álex Herrera, Gabi Ruiz, Marcos Ruiz, Añón y Sergio Narváez, que continúan del año pasado, o por incorporados el último verano como Javi Hernández, Durán, Gerrit, Javi Navas, Juanfri, Yebra, Fabiani o el meta Jon Villanueva. Hasta ahí, todo normal. La singularidad de este rival habitual del Efesé (ya se han visto las caras diez veces en esta categoría) viene por su dueño, que es el millonario ruso Alexander Grinberg, de 46 años, un tipo del que ya dicen que es dueño de media Marbella.
Grinberg, al que algunos llegaron exageradamente a comparar con su compatriota Roman Abramovich (dueño del Chelsea), se afincó en Marbella en 2008 y compró su equipo de fútbol en 2012, cuando estaba agonizando en Tercera. Lo subió en junio de 2014 y ahora quiere dar el salto al fútbol profesional. Con 1 millón de euros de presupuesto y menos de 1.000 abonados, todo lo que el equipo malagueño crezca a partir de ahora dependerá casi exclusivamente del dinero que Grinberg ponga en el club.
El ruso, que vive seis meses en Moscú y otros seis en Marbella, ha dicho varias veces que no va «a tirar el dinero» y que «medirá» cada euro que ponga en el Marbella FC. Él, un declarado hincha del Spartak de Moscú, sueña con que el equipo que se ha comprado en España sea capaz de jugar algún día con Madrid y Barça. Pero va poco a poco. «Queremos subir a Segunda, aunque no hay prisa. Es mi sueño, pero mis valores son el sentido común y tener los pies en la tierra. Que nadie espere grandes derroches ni dispendios, porque solo creo en el trabajo duro del día a día. Así he construido todo lo que tengo», confesó Grinberg recientemente en la revista 'Vanitatis'.
Y Grinberg, en cuya directiva hay una mezcla de rusos y españoles con Teo Bravo y José Manuel Hernández tomando las decisiones más relevantes, ha empezado la casa por los cimientos. Hace unos días comenzaron los movimientos de tierra para construir una ciudad deportiva que debe estar en funcionamiento a finales del próximo año. Y ha creado unas categorías inferiores con 250 niños de las que carecía el Marbella FC hasta su llegada.
Además, lo único que se ha llenado de rusos es el palco del desvencijado Estadio Municipal -Grinberg ha hecho mejoras en las oficinas y ha instalado nuevas butacas, pero el campo es muy viejo y muy incómodo-, ya que el millonario moscovita no se entromete en la parcela deportiva y no 'trafica' con jugadores. Así las cosas, no hay futbolistas rusos jugando en el Marbella, un club que mide muy bien sus esfuerzos económicos y que va al mercado en busca de buenos y rentables jugadores nacionales que conozcan perfectamente la categoría. «Lo mejor está por llegar», dice Grimberg, quien de momento no ha confirmado si estará este domingo en el palco del Cartagonova.
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