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Tarantino se lamenta después de desperdiciar la ocasión más clara del partido para los de casa.
El Efesé sigue en pie

El Efesé sigue en pie

Los de Palomeque, muy mermados por las bajas, dan por bueno el 0-0 tras perdonar en el primer tiempo. El central Tarantino tuvo una ocasión clamorosa a la media hora. Tras la lesión de Gato, los locales no quisieron arriesgar pese a jugar con uno más

Francisco J. Moya

Lunes, 25 de mayo 2015, 01:08

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Aunque en los últimos meses lo ha parecido en muchas ocasiones, el Cartagena no era un cadáver. Lo parecía. Pero no lo era. Lo importante es que hoy, cuando aún quedan 90 minutos para evitar un castañazo histórico tras una temporada incalificable, el Efesé sigue en pie. Está. Vive. Respira. Sueña. Pelea para no arder en el infierno. Por tanto, todavía no hay que preparar ningún funeral. El equipo, que ha estado todo el año luchando por la permanencia sumergido en un mar de problemas, no se rinde. Perfecto. El club, milagrosamente resucitado en solo un mes por Paco Belmonte, está más vivo que nunca. Tanto han cambiado las cosas con Belmonte en el palco que ayer en la grada -al acabar el partido- todo el mundo repetía la misma frase: «nos vemos en septiembre». En Tercera o en Segunda B. Da igual. Si Belmonte está, la gente estará. Magnífico. Ya nadie habla de desaparición.

Todo ha mutado en un mes. Mayo del 2015 se ha convertido en el mayo del 68 para los aficionados del Efesé. Una nueva primavera lo ha inundado todo en Benipila. Hasta el punto que donde antes había reproches ahora solo hay vítores. Donde antes solo había pitos, ahora solo hay palmas. Donde antes había dos mil personas, ahora hay diez mil. Cartagena quiere fútbol. Quiere proyectos serios. Quiere tipos honrados. Sea en la categoría que sea. La clave de todo es salvarse, por supuesto. Caer a Tercera sigue siendo una tragedia. Hay que quedarse en Segunda B. Y los muchachos de Palomeque han captado el mensaje. A pesar de todas las dificultades con las que han afrontado esta promoción por la permanencia, no han bajado los brazos. Han entendido que cualquier esfuerzo merece la pena, a pesar de que todo cambiará este verano en un vestuario devastado.

Con todo ello, sorprendió el Cartagena a todo el mundo en una primera media hora primorosa. Tan buena como inesperada. Fueron los mejores minutos de toda la temporada junto a aquel ratillo de la sorprendente goleada al Granada (3-0), en el ya lejano y frío mes de enero. Con toda en contra (sin portero, sin Luque en el medio, sin Ribas y sin Hevia para rematar las jugadas), los de Palomeque sacaron su casta y su orgullo para pasar por encima de un Las Palmas Atlético que fue mucho menos de lo que parecía: flojo en defensa, lento en el medio e inocente arriba. Los de casa, con muy poco, le metían el miedo en el cuerpo al filial de Las Palmas.

Gato, una bala

Concentradísimos Robusté y Tarantino, hercúleo Ceballos, con pierna dura Sergio Jiménez y Arcas, metidísimo Prosi -ayer era el jugador que fue en el Caudal-, todo el plan de los locales (buscar a Gato por tierra, mar y aire y hacer daño a los centrales Álvaro y Óscar) salía a la perfección. Solo llegaba un equipo -el de casa- y solo trabajaba un portero -el visitante-. En la grada, el personal alucinaba. Su equipo parecía un equipo. Por fin. Tal vez, demasiado tarde. Jugando así siete días antes, La Roda no se habría escapado vivo. Y todos estaríamos ya de vacaciones. Tarde, sí. Pero llegó la reacción de un grupo de futbolistas que se resigna a entrar en la historia negra del fútbol local.

El gol tenía que llegar. Porque este Efesé cogido con pinzas no está para regalar nada. Arcas, con un remate de cabeza a los 45 segundos tras un centro de Germán, anunciaba que esta tarde no sería como las anteriores. Prosi, con un centro lleno de veneno que Ale despejó como pudo, avisó otra vez. Y a Gato, tras una arrancada preciosa, solo le faltó fuerza en su disparo. No obstante, la mejor la tuvo Tarantino, tras el rechace de un saque de esquina. Solo, al borde del área chica y delante de Ale, el central vasco reventó el balón. Y el portero canario se encontró con la pelota. Los locales, desesperados al ver que su buen juego no tenía reflejo en el marcador, se vinieron un poco abajo. Y apareció el rival. Adrián y Artiles chutaron fuera.

Todo se estropeó tras el paso por los vestuarios, ya que al poco de empezar el segundo acto se lesionó Gato, la única bala que le quedaba a Palomeque. El visitante Artiles falló un gol cantado y, cuando todo el Cartagonova se temía lo peor, Robusté tiró de experiencia para forzar la segunda amarilla del visitante Delgado (minuto 67).

Al quedarse con uno menos, los grancanarios rebajaron su ritmo y se contentaron con el empate sin goles. El Cartagena, que siguió perdiendo jugadores por lesión (primero Prosi y después Santisteban) ya no tenía nada a lo que agarrarse para soñar con marcar un gol. Ni Migue García ni Carlos Martínez podían hacerlo. Palomeque, obligado por las circunstancias, tuvo que sacar al lesionado Chus Hevia, con la esperanza de que el asturiano marcara 'el gol del cojo' en los últimos doce minutos. No hubo milagro. Todo está abierto para la vuelta. Y a pesar de todos los contratiempos, el Efesé sigue vivo.

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