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Aficionados animando al Cartagena desde el fondo sur alto.
Una tarde de precampaña, campaña y postcampaña

Una tarde de precampaña, campaña y postcampaña

Los políticos inundan el palco a una semana de las elecciones municipales en una jornada que al final se torció, como es costumbre en Benipila

Francisco J. Moya

Domingo, 17 de mayo 2015, 23:23

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Era un día grande. Muy diferente a los demás. Uno de esos domingos únicos que se dan muy de vez en cuando. Y eso se notó desde bien temprano. A media mañana, un simple paseo por las calles más céntricas del casco antiguo anunciaba a los más despistados -muchos de ellos turistas que llegaban con unas horas de retraso a La Noche de los Museos- que el Cartagena, el primer equipo de fútbol de la ciudad, tenía por la tarde uno de esos partidos que pasan a la historia. Camisetas albinegras por la Puerta de Murcia. De Toché. De Mariano Sánchez. De esta temporada. Se veían por Carmen. Y por Jara. Y por la plaza del Ayuntamiento. Como en las grandes ocasiones.

A la hora de comer, todo el lío se concentró en la explanada del Cartagonova. Medio millar de aficionados se reunió allí para comer paella en un acto organizado por la federación de peñas. Su máximo representante, Pencho Angosto, estuvo en el frente desde el minuto 1. Hacía calor, pero la brisa que venía desde el Puerto aliviaba al personal. Cerveza fresquita, armonía, cánticos y buen rollo. Todo estaba bajo control.

Alucinaron los futbolistas del Cartagena cuando llegaron al estadio y vieron a cerca ya de 600 personas, cantando y animando, muchos de ellos con bombos, banderas y la cara pintada con los colores del equipo. Ellos, que durante toda la Liga han tenido la sensación de estar abandonados a su suerte, se sintieron por fin como jugadores de Primera División. El chófer entró en la explanada del Cartagonova tocando el cláxon. Los hinchas hicieron un pasillo y respondieron con cánticos varios: «¡Sí se puede!», «¡Vamos Cartagena, vamos campeón!» y «¡A por ellos!».

Hubo un rato de tregua, aprovechado por los aficionados para tomar café o copas (o ambas cosas) en los bares más cercanos, los de la Alameda y Peroniño. Las calles de la ciudad se vistieron de blanco y negro en un ambiente que volvió a ser idéntico al de los años de Segunda A, entre 2009 y 2012. La fiesta tenía que ser redonda. No fallaron los políticos, quienes no suelen fallar cuando están en campaña electoral.

Una semana antes de las elecciones, por el palco se dejaron ver Diego Ortega (que siempre va), Paco Espejo, Mariano García y Nicolás Ángel Bernal (PP); Ana Belén Castejón (PSOE); Manolo Padín (Ciudadanos); y José López (MC). Los de MC tiraron la casa por la ventana, con miles de octavillas y coche de campaña en la puerta del campo. Todo salió mal, como casi siempre que hay ambiente de Primera en Benipila, un lugar maldito. Al menos, al Efesé le queda la postcampaña.

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