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Florentino Manzano y Javier Martínez se saludan en el palco, en mayo del año pasado, antes del Cartagena-Cádiz.
Martínez quiere apartar a Manzano

Martínez quiere apartar a Manzano

El dueño del club le prohíbe entrar al vestuario y el 'caso Neira' los distancia definitivamente. El valenciano se siente engañado por el fundador de la entidad y espera que la presión de la grada lo aleje del día a día

Francisco J. Moya

Miércoles, 28 de enero 2015, 00:38

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La relación entre Javier Martínez (dueño del Cartagena) y Florentino Manzano (su asesor en Sporto Gol Man 2020) se ha deteriorado bastante en las últimas semanas y, tal y como le sucedió a Manzano con Gaucci en su aciaga aventura en el Cádiz, parece que va a terminar de muy mala manera. De momento, el abogado valenciano, que fundó Sporto Gol Man 2020 y entró el pasado mes de marzo en el FC Cartagena animado por Manzano, quiere apartar al expresidente del Cádiz y a su hijo Javi (colaborador de Julio César Ribas en la secretaría técnica) del día a día del club albinegro.

Para ello, está dipuesto a utilizar todas las armas que tiene a su disposición. Una de ellas, la más poderosa, es la grada. Martínez sabe que un sector mayoritario de la afición albinegra no quiere ver a Manzano ni en pintura y espera que la presión popular consiga que el cartagenero, fundador del club en 1995, dé un paso atrás de manera inmediata. Tras las cánticos del pasado domingo en La Condomina -los 800 cartageneros desplazados a Murcia cantaron durante y al final del partido el ¡Manzano, vete ya!-, Martínez, que se pasó todo el fin de semana en Londres, se siente con fuerzas para quitarle el poder a Manzano. Y en ello anda el valenciano.

¿Cuáles son los motivos por los que Manzano y Martínez han acabado mal? Fundamentalmente, el segundo le reprocha al primero que lo «engañara» para invertir en un negocio tan arriesgado como el del FC Cartagena, algo difícil de entender ya que en la Due Diligence que ambos manejaron en marzo quedaba muy claro que la deuda de la entidad ascendía a 3,5 millones de euros.

Según Martínez, el panorama que le dibujó Manzano antes de comprar el Cartagena era muy diferente al que se ha encontrado. El valenciano alega que Manzano le prometió una ayuda del Ayuntamiento que nunca ha encontrado. Y se queja de que no sabía que Manzano estaba «tan mal visto» por la afición de Cartagena. Manzano se defiende, explicando que fueron Cristina Bustillo y el ilicitano Paco López quienes le prometieron unos ingresos que no han llegado.

Último intento

El caso es que a Martínez lo buscó Diego García, consejero ilicitano del Cádiz y colaborador muy cercano de Manzano. En el verano de 2012, García y Manzano habían entrado juntos al Cádiz, cuando el italiano Alessandro Gaucci decidió comprar el club de Carranza. La aventura gaditana salió muy mal. En diciembre de 2013, Gaucci fue desalojado del Cádiz por el grupo de Quique Pina (Locos por el Balón) y Manzano, reclamado desde Cartagena por la entonces gerente Cristina Bustillo, vio en el Efesé el lugar ideal para poner en marcha un nuevo proyecto.

Quería volver a intentarlo, posiblemente por última vez. Soñaba con regresar a su casa, al club que él creó hace dos décadas. Pina no lo quería en Cádiz, desde luego. Allí sobraba. Y a él, tras varios años fuera del fútbol, las dos temporadas como presidente del Cádiz le dieron fuerzas para emprender una nueva singladura en su Cartagena natal, donde mucha gente receló de él desde el principio.

El cartagenero, vinculado al fútbol local desde 1980, le pidió al abogado Diego García, quien curiosamente hoy todavía es consejero del Cádiz, que le buscara al candidato perfecto para el Cartagena: y le recomendó a Javier Martínez. Así empezó la relación entre el dueño de Sporto Gol Man 2020 y su principal colaborador en el Cartagena durante los últimos diez meses. Es absolutamente falso que ambos se conocieran de antes y que hubieran hecho negocios juntos en el sector de la construcción, tal y como contaron ambos en junio, cuando se confirmó que Manzano estaba dentro del proyecto de Martínez. Su relación comenzó cuando Manzano y García se pusieron en marcha para que el primero pasara a controlar el Cartagena.

Manzano ha movido todos los hilos en el proyecto de Sporto Gol Man 2020, fundamentalmente desde que en junio se desvinculó de manera definitiva del Cádiz. Todo el dinero que ha entrado esta temporada en el Cartagena (al margen de los 390.000 euros aportados por los 4.300 abonados que tiene el club) ha llegado gracias a las gestiones de Manzano. Martínez, sin experiencia en el mundo del deporte ni ganas de arruinarse en un negocio tan deficitario como el fútbol de Segunda B, lo dejó todo en sus manos, creyendo que todo estaba bajo control. Manzano, a través de Daniel Golpe y Julio Ribas, trajo a Sofinvest (más de 200.000 euros). Y a Shamsir (85.000 euros). Incluso, su hijo Javi Manzano ha aportado pequeñas cantidades en las últimas semanas.

Y Manzano sigue buscando inversores para que los futbolistas puedan cobrar, al menos una nómina, antes del partido de este domingo ante La Hoya Lorca (Cartagonova, 17.00 horas). Pero no los encuentra. Su último intento llegó el pasado domingo, cuando aprovechó su presencia en el palco de La Condomina para pedirle ayuda económica al dueño de la UCAM, el cartagenero José Luis Mendoza. No hubo suerte. Mendoza tiene suficiente con mantener a un equipo de Segunda B, al suyo.

La plantilla quiere verlo

Aún así, por lo que logró traer en verano, Manzano se siente legitimado para continuar mandando en este Efesé. Es más, la plantilla quiere que sea él quien baje al vestuario y les dé las explicaciones oportunas tras casi tres meses de impagos, ya que entienden que Javier Marco, presidente, no tiene nada más que aportar. Ni toma las decisiones ni tiene el dinero. Es un empleado más del club.

Pero Manzano ha alegado que no puede bajar al vestuario a reunirse con los futbolistas, ya que Martínez se lo ha prohibido. Ya tuvieron una bronca considerable el pasado viernes, cuando Marco y Martínez le dieron la baja a Nacho Neira y permitieron que el central cántabro se marchara al Sestao, desobedeciendo las órdenes que Manzano había dado unas horas antes. Ni él ni Palomeque querían que Neira se marchara. Y mucho menos, 48 horas antes de disputarse un partido tan importante como el del UCAM. El 'caso Neira' los ha distanciado de manera definitiva, aunque la relación ya venía tocada desde hacía semanas.

«Entiendo y respeto los cánticos y las quejas de la afición, ya que fue Florentino Manzano el que hizo la plantilla. Y la gente está muy descontenta. Él ha colaborado en todo y ahora estamos en una situación muy delicada. De su relación con Javier [Martínez], nada tengo yo que decir», señaló ayer Javier Marco, presidente del Efesé, a preguntas de este periódico.

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