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Florentino Manzano contesta a una de las preguntas de 'La Verdad' durante su comparecencia de ayer ante los medios de comunicación.
Manzano: «Me dijeron que el Cartagena se moría y, por eso, traje a Martínez»

Manzano: «Me dijeron que el Cartagena se moría y, por eso, traje a Martínez»

«No soy nada dentro del club. No tengo acciones de Sporto. Me puedo permitir hacer lo que me dé la gana», afirma

Francisco J. Moya

Viernes, 5 de diciembre 2014, 00:38

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Fueron 59 minutos. Faltaron 60 segundos para llegar a la hora justa de comparecencia. Nueve meses de silencio 'oficial' dan para mucho. Y el personaje -desde luego- da juego. Siempre lo ha dado. Le gustan los focos, baja al barro y se maneja de lujo ante los periodistas. Florentino Manzano (Cartagena, 1949) lleva 35 años mandando en el fútbol local. Y hoy, a sus 65 años, lo sigue haciendo. Por eso, ninguna historia albinegra se puede escribir sin escucharlo antes a él. El puzzle nunca se completa sin 'su verdad', por mucho que ésta no sea siempre la que más se ajuste a los hechos verdaderos. Pero a Floro siempre hay que escucharle con atención. Y leerle entre líneas.

Ahora, su versión es clave para entender de una vez por todas el misterioso arranque de esta incierta aventura de Sporto Gol Man 2020, de la que Manzano ha sido padre. Ha sido el 'autor intelectual' de un espinoso proceso de compraventa que acabó con la era de Paco Gómez (2003-2014) y abrió un nuevo tiempo en el fútbol cartagenero: el de Javier Martínez, Javier Marco, Sergio Sofía, Daniel Golpe, Julio Ribas... Y, por supuesto, el de Florentino Manzano. En el medio de todo este lío descomunal, está él. Entre valencianos, italianos y uruguayos, emerge la figura de Floro. Siempre Floro. Eterno Floro.

«Florentino Manzano no es nada dentro del Cartagena. En estos meses, he tenido la oportunidad de ser lo que yo hubiera querido ser. Javier Martínez me ha ofrecido todos los puestos: consejero, presidente, director deportivo... Y le he dicho que no en todas las ocasiones, con todo el dolor de mi corazón. Eso sí, siempre que el Cartagena me necesite, nunca voy a decir que no. Les voy a ayudar en todo. A los de Sporto y a los que vengan a pedirme ayuda. Ahora mismo, quiero tener la libertad de estar donde quiera, decir lo que quiera y hacer lo que me dé la gana. Me lo puedo permitir. No quiero cargos oficiales y así voy a seguir. Por mi situación y por otras cosas, no quiero ser nada. Solo quiero ser Florentino Manzano. No tengo acciones de Sporto y no soy nada dentro del club», comenzó ayer diciendo la persona que fundó la entidad albinegra en 1995, con el nombre de Cartagonova Fútbol Club.

Esas primeras palabras chocaron con lo que Manzano contó instantes después. «He participado en todas las decisiones importantes que se han tomado en la historia del club. Esto lo parí yo hace veinte años, sigo siendo el socio número 1 y con este Efesé he ayudado en todo para que el club siga vivo. Traje a Mauel Feito [evitó pronunciar el nombre de Luis Oliver], y luego lo pude echar, para traer a Paco Gómez, que por narices se tuvo que quedar con el Cartagena. Nos la quiso jugar y, junto a Alonso [Gómez López] y la gente del Ayuntamiento, le gané la partida. Y tuvo que comprar el club, contra su voluntad. Hice todo lo posible para que llegase Paco Gómez y también para que se fuera. Ese año de Feito, yo pagaba esos arbitrajes impagados, pagaba los viajes, e incluso la comida de muchos futbolistas. Y eso nadie lo dice en Cartagena», se quejó Manzano.

Bustillo lo buscó

Entonces, explicó su papel en la llegada de Sporto Gol Man a Cartagena. «Hace un año me mandan un SMS diciendo que el Cartagena se muere. Me lo manda Cristina Bustillo y yo me pongo en marcha. Me dijeron que el club se moría y, por eso, traje a Javier Martínez. Yo entonces todavía era presidente del Cádiz. En ese momento, yo no podía salir a la luz públicamente. Hace meses, y también ahora, yo manejo información privilegiada que no debe salir a la luz pública. Yo me entero de todo antes que nadie, pero no puedo hablar porque entonces todo se va al garete», contó.

Recordó que «yo soy el enemigo público número 1 de Paco Gómez. Le hicimos una putadilla en 2003 y se tuvo que quedar con el club, aunque no quería. Y si él se entera de que yo voy a comprarle el club, la operación [del pasado mes de marzo] no se hubiera hecho. De ninguna manera. Mi intención no es ocultar las cosas, pero todo el mundo entenderá que, por el bien del Cartagena, no debo contar algunas cosas. Hablo ahora porque ya está todo claro y se puede hablar. Entonces, estando yo todavía en el Cádiz y sabiendo que Paco Gómez no vendería si yo era el que preguntaba, debía estar callado», reconoció Manzano.

Aseguró que ni él ni sus dos hijos (Antonio y Javi) cobran un solo céntimo por trabajar para el Cartagena. Tampoco Javier Marco. Ni Daniel Golpe. ¿Y, entonces, por qué regresa Floro? ¿Qué le mueve para volver a intentarlo de nuevo en el fútbol cartagenero, aún sabiendo que su imagen pública en la ciudad está muy deteriorada? «Este club no lo dejo perder. No quiero que se muera porque lo fundé yo hace 20 años. Ya lo he salvado dos veces y lo haré hasta que tenga fuerzas. Yo busqué a Sofinvest, una empresa que ha invertido un dinero, pero que no manda en nada [trajo a Julio Ribas y puede fichar a los sub 23 que quiera]. Yo busqué a Daniel Golpe, que nos ha ayudado mucho. Yo metí en este lío a Javier Martínez y tenía la obligación de ayudarlo. Yo cogí este equipo y lo subí desde Preferente a Segunda B, algo que a la gente se le olvida. Ahora debe bastante más dinero que cuando me marché y ahora no hay nada de estructura. La suerte es que Javier Martínez no tiene maldad. Si yo fuese dueño del Cartagena, no se iba de rositas nadie. Si yo tuviera un cargo en el club, algunos se enterarían», avisó.

Manzano, en su alocución, dibujó un paisaje idílico, pero se olvidó del 'Cordobazo' de 1999, de la venta del club a Oliver en 2002 y de la cadena de errores cometidos por el club en los últimos meses, especialmente en el 'caso Ribas'. «Ese día del Córdoba había muchos cartageneros en la plantilla y solo me acusan a mí. Esa historia es una mentira. La gente que no me conoce habla mal de mí. Pero la gente que ha hablado conmigo alguna vez, no lo hace», alegó.

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