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Pato, ex entrenador del Cartagena, observa el juego desde la banda del Municipal de Arroyo de la Luz, en un partido de esta temporada.
Pato: «El problema del Cartagena han sido las prisas y el querer correr demasiado para subir»

Pato: «El problema del Cartagena han sido las prisas y el querer correr demasiado para subir»

Al técnico del Arroyo le «choca» el estilo de juego del Efesé de Ribas y ve «cosas que no están acorde con el nivel del club»

Francisco J. Moya

Viernes, 14 de noviembre 2014, 23:55

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José Francisco Grao, Pato, (Orihuela, 1978) ha vuelto a empezar. Una notable temporada en el Orihuela le sirvió para pilotar un proyecto muy grande, el del Cartagena post-descenso. Y aquello no salió bien. Afortunadamente, siempre hay una segunda oportunidad. Hay revancha. Esto es fútbol, claro. Y, aunque no hay ni un solo parecido entre Arroyo de la Luz (Cáceres) y Cartagena, al fútbol se juega igual en todos los sitios. Y, aunque los proyectos de unos y otros son radicalmente diferentes, el balón es igual de redondo allí que aquí. Y ambos equipos, el pequeñito Arroyo y el gigante Cartagena, compiten juntos en Segunda B. Tan juntos que mañana se ven las caras por quinta vez en los dos últimos años (dos triunfos agónicos del Cartagena, un empate y una victoria del Arroyo en el Cartagonova). Hay una novedad. Ahora, Pato va con ellos.

«Este es un proyecto muy humilde y muy chiquitito, en un pueblo de 6.000 habitantes. El presupuesto se ha reducido en un 40% con respecto al año pasado. Y es complicado convencer a los futbolistas para que vengan. Por todo ello, nuestra plantilla es nueva, ya que solo hemos podido mantener a dos futbolistas del año pasado. Pero estamos contentos. En el último mes hemos mejorado y el equipo está creciendo. Nuestros dos últimos partidos fuera de casa, en Granada y en Murcia, han sido muy buenos. Y la verdad es que estamos preparados para competir contra un rival del prestigio y la importancia del Cartagena», cuenta el técnico de la Vega Baja.

Se siente muy cómodo en tierras extremeñas, donde la vida es tranquila y el tiempo parece ir más despacio que en otros sitios. A Pato le han dejado intervenir en todo durante el último verano, en un club familiar y en cuyo campo rara vez se juntan más de mil personas. Ha fichado y ha podido decidir quién se subía a su barco y quién no, después de evitar el descenso a Tercera la pasada campaña. Él llegó en enero y la permanencia se logró in extremis. Pero el objetivo se cumplió. Y Pato fue renovado.

«Tras salir de Cartagena, yo tenía muchas ganas de coger un equipo en zona de descenso y ayudarlo a mantenerse. Me apetecía mucho un reto así. Y, por eso, decidí aceptar la propuesta del Arroyo. Quería coger a un equipo con la temporada avanzada y salvarlo. Lo logré y es una cosa más que entra en mi currículo. Ahora, todo ha empezado de nuevo. Y el objetivo es el mismo. Solo puede ser ese. No podemos aspirar a otra cosa que no sea la permanencia. Y hoy firmamos salvarnos en la última jornada. Estoy contento por cómo está funcionando el equipo [suma 14 puntos y no ha perdido en el último mes].

«Cosas que cuidar»

Pato, que se sacó el título de entrenador en la misma promoción que Simón Ruiz, conoce perfectamente a su rival de mañana (Municipal de Arroyo, 12.00 horas). «La plantilla que han hecho es buena y muy completa. Tiene de todo. Son futbolistas que cualquier equipo de Segunda B querría tener en sus filas. Pero es obvio que, de momento, este equipo no está dando los resultados que todos esperábamos. Yo quiero lo mejor para el Cartagena, allí dejé buenos amigos y me gustaría que estuviera lo más alto posible. No obstante, desde la distancia, veo cosas que no están acorde con el nivel del club. No conozco los entresijos y no sé todos los detalles. Pero en el Cartagena, por su historia, su masa social, su estadio, la ciudad que hay detrás y su relevancia mediática, hay cosas que se deben cuidar mucho más», opina Pato.

En lo estrictamente futbolístico, el entrenador oriolano recuerda que el Cartagena «está teniendo muchos problemas para ganar partidos, pero tampoco los está perdiendo, y ese es un detalle muy a tener en cuenta. Solo tiene una derrota y es evidente que si encadena varias victorias seguidas se va a meter arriba en muy pocas semanas». Pato ha preparado el partido a conciencia y anuncia que «vamos a a ser inteligentes y tendremos mucho cuidado con un rival que no concede muchas ocasiones y que acumula mucha gente por detrás de la pelota».

Sobre el estilo de juego del Efesé de Julio César Ribas, dice que «a tenor de lo que he visto hasta el momento, es un equipo que prefiere que el rival tenga el balón, algo que no tiene por qué ser malo, ya que el Atlético de Madrid viene de ganar una Liga con mucho mérito, haciendo eso. No critico el sistema de juego del Cartagena, porque en el fútbol todo es respetable. Pero sí que me choca que eso haya arraigado bien entre la afición del Cartagena. Y lo digo por propia experiencia, ya que en mi etapa allí quise que el equipo praticara un juego ofensivo y de toque, con dos delanteros natos y Segura haciendo de organizador, y aún así había críticas», apunta el ahora técnico del Arroyo.

De su etapa aquí, él saca una lectura positiva. Paco Gómez lo destituyó en la jornada 16, a principios de diciembre de 2012, con el equipo a tres puntos del líder. Lo sustituyó Pacheta. Con seis victorias en las seis primeras jornadas, firmó el mejor arranque liguero de la historia. Y en la jornada 13, su Cartagena sumaba 26 puntos, 11 más que este año.«Yo creo que mi trabajo en el Efesé fue bueno, pero no lo pude acabar por culpa de las prisas y las urgencias. Lo teníamos todo para cumplir con el objetivo y fue una pena», dice.

Más allá de su propia experiencia personal, Pato -que conoce la casa perfectamente- hace una valoración más amplia. «El Cartagena tuvo unos años muy buenos en el fútbol profesional y, tras el descenso, todo se ha complicado mucho. En el entorno (afición, prensa y club), todo el mundo pensó que esto de la Segunda B iba a ser más fácil y que ganar los partidos es una obligación. El problema del Cartagena han sido las prisas y el querer correr demasiado para subir», afirma. A nivel personal, superada aquella decepción, Pato es feliz. «El fútbol está mal. Yo me siento un privilegiado, simplemente por trabajar en lo que más me gusta».

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