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Julio César Ribas, mánager general del FC Cartagena, en el vomitorio del palco, acompañado por Javi Manzano y observado por Florentino Manzano desde su butaca, ayer en el estadio Cartagonova. :: j. m. rodríguez / agm
Ribas tiene trabajo
CRÓNICA

Ribas tiene trabajo

Un Efesé sin rumbo suma otro punto milagroso gracias a las paradas de Limones, el día del raro regreso del técnico uruguayo

Francisco J. Moya

Lunes, 27 de octubre 2014, 09:59

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Se fue agosto. Y no llegó el triunfo. Se marchó septiembre. Y tampoco pudimos celebrar una victoria del Efesé en el estadio Cartagonova. Ahora, se nos va octubre. Y, tras cosechar ayer su quinto empate consecutivo como local, ya sabemos que el Cartagena tendrá que esperar a noviembre para, por fin, poder dedicarle un triunfo a su sufridora hinchada. Ayer, 3.500 abonados albinegros acudieron esperanzados al campo. Pero se fueron con un mosqueo de órdago. Afortunadamente, no se puede ir a peor. Es imposible. Lo normal es que, cuando lleguen las victorias, irán regresando los que han desertado. Y los que se han quedado cambiarán los pitos por las palmas. No queda otra que esperar. Julio César Ribas, que ayer jugó al escondite en las gradas del Cartagonova en su raro regreso tras cinco semanas en su país, tiene mucho trabajo por delante. Ahora, sobran las palabras y son necesarias las soluciones. No queda otra.

Claro que para que lleguen las victorias (el Cartagena solo ha sumado una en diez partidos oficiales jugados hasta el momento), las cosas tienen que cambiar bastante. Bastante, tirando a mucho. Da la sensación de que Ribas tiene a su disposición una plantilla bastante apañada. Eso parece, al menos. Pero lo que ya es una evidencia es que ni el mánager uruguayo ni sus colaboradores en el cuerpo técnico han dado todavía con la tecla de lo que este grupo necesita. Es imposible que un equipo que tiene a Limones, Ceballos, Robusté, Tarantino, Jorge Luque, Seba Ribas, Pallarés y Chus Hevia, entre otros, sea incapaz de ganarle a nadie en una Segunda B cada vez más pobre (solo pudo con el colista Cacereño). Suena a broma. Pero es la triste realidad de un Efesé desgobernado, frágil y estresado.

Si ya es duro para los aficionados cartageneros tener que competir en la misma categoría con los filiales de Almería, Córdoba y Granada, clubes con cuyos primeros equipos históricamente peleó de tú a tú, casi siempre en Segunda B y a veces en Segunda A, más insoportable aún es ver cómo un segundo equipo del Almería te pega un meneo en tu propio campo. Porque eso fue lo que pasó ayer en el Cartagonova. Los talentosos y disciplinados chicos de Miguel Rivera pasaron por encima de los consagrados y válidos veteranos de Julio Ribas. El 0-0 final fue un auténtico milagro.

Duelos individuales

Los visitantes, tan inexpertos como valientes, ganaron todos los duelos individuales. En un área, los centrales Charlie y Míchel anularon a los perdidos Ribas y Pallarés. Adri frenó al dislocado Carlos Martínez. En la otra, el 'pichichi' Dani Romera fue una pesadilla para Tarantino. Iván Sánchez trituró a Germán. Y los medios locales no pudieron con Selfa, José Ángel y Puertas. Solo hubo dos excepciones. Ceballos minimizó al cartagenero Hicham, muy irrelevante en su regreso a casa. Y Chus Hevia, en varias arrancadas, dejó atrás al lateral Marín. Solo ganaron los de casa en dos duelos individuales. Y, por eso, pasó lo que pasó en la pelea entre ambos colectivos. El Almería B, que por momentos ridiculizó al Cartagena, pudo ganar el partido holgadamente. Lo mereció.

Afortunadamente, en el duelo de porteros, Limones ganó por goleada el de casa. Es verdad que a Gianfranco Gazzaniga, el portero argentino del Almería B, casi ni se le puede juzgar. Parecía nervioso e inseguro, pero no le tiraron en toda la tarde. Por su parte, el meta de Daimiel, que tuvo errores gruesos en los primeros partidos del año, se reivindicó ayer con una actuación colosal. Sin sus salvadoras paradas, el naufragio habría sido histórico.

Recital de paradas

Su primera parada llegó a los 22 segundos, tras un zurdazo seco de Hicham. La última, en el minuto 87, tras un tiro flojo de Dani Romera. Entre medias, sacó cuatro o cinco manos milagrosas. Una abajo, tras un cabezazo de Dani Romera. Otra arriba, tras un remate picado de Charlie. Otra, de reflejos, con el pie, cuando Dani Romera cabeceó desde dentro del área pequeña. Y una última, con la punta de los dedos, tras un terrible zurdazo del extraordinario Iván Sánchez. Además, tuvo suerte, porque otros dos disparos de Sánchez se marcharon rozando el palo. Y uno más, el más claro y también de Romera, solo en el borde del área pequeña tras quebrar a Robusté y Tarantino, se estrelló en la madera.

Lo cierto es que el Cartagena volvió a mostrar ayer, ante un rival talentoso pero romo, su peor cara. Lo hizo en un partido en el que sumó un punto (es su séptimo empate en nueve partidos) gracias a las salvadoras intervenciones de su portero Limones, quien estuvo soberbio. De lo contrario, sin un Limones sobresaliente, la derrota habría llegado. Y el escándalo habría sido mayor en un Cartagonova que empieza a impacientarse. A nadie le gusta lo que este año se está viendo en el recinto de Benipila. Eso es una obviedad.

Hubo muchas más aproximaciones del equipo visitante, que llevó el peso del partido desde el minuto 1 al 90 y puso de manifiesto todas las debilidades de un Efesé desnortado, sin guión, sin manija, sin fuelle y sin ideas. Además de las oportunidades visitantes ya comentadas, Robusté salvó bajo palos cuando Gaspar se disponía a marcar, muy cerca del final.

Por su parte, los de casa, que se marcharon abucheados por su público, solo tuvieron dos aproximaciones peligrosas en toda la tarde. Un centro chut de Carlos Martínez metió en problemas al meta Gianfranco (minuto 46) y un cabezazo de Robusté, dentro del área pequeña, se marchó fuera tras ser desviado por un defensa (minuto 89).

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