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Julio César Ribas, mánager general del Cartagena.
Ribas, hasta 2018

Ribas, hasta 2018

El técnico uruguayo, que firmó un acuerdo por cuatro años con el Cartagena, «es intocable». El club prepara una comparecencia para aclarar el papel del mánager general y evitar una denuncia del Cenafe

Francisco J. Moya

Jueves, 25 de septiembre 2014, 23:34

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Nada perturba la tranquilidad de Sporto Gol Man 2020. Su 'hoja de ruta' permanece inalterable, a pesar de que los problemas se le amontonan encima de la mesa a Javier Martínez y Javier Marco. En el tema más urgente que hay que solucionar, el del futuro laboral del mánager general del Cartagena, Julio César Ribas, los dueños del club lo tienen muy claro: Ribas no se toca. Digan lo que digan en el Comité Territorial de Entrenadores y en el Centro Nacional de Formación de Entrenadores (Cenafe), en Sporto Gol Man no van a modificar sus planes. Ribas es la pieza clave del proyecto. Es el 'jefe'. «Es intocable», repiten una y otra vez en el FC Cartagena, tanto en público como en privado.

  • El acuerdo que ha firmado Julio César Ribas con el Cartagena es de cuatro temporadas, desde junio de 2014 a junio de 2018

  • El sueldo del uruguayo le sale gratis al club. Lo paga el fondo de inversión que él trajo de Mónaco.

  • Nombre.

  • Julio César Ribas.

  • Apodo.

  • 'El Gladiador'.

  • Edad.

  • Tiene 57 años. Nació el 8 de enero de 1957 en Rivera (Uruguay).

  • Trayectoria.

  • Institución Atlética Sudámerica (93-95), Nacional de Asunción (96), Bella Vista (97-98), Peñarol (99-01), Liverpool de Montevideo (02-03), Venecia (04-05), Juventud de las Piedras (06-07), Selección Nacional de Omán (08), Peñarol (09), Fénix (09), Deportivo Maldonado (10-12), Bella Vista (13-14) y Cartagena (14-?).

  • Títulos.

  • Ganó una vez la Liga uruguaya, con Peñarol en 1999. Y subió a Primera con Institución Atlética Sudámerica (1994), Bella Vista (1999), Liverpool de Montevideo (2002) y Juventud de las Piedras (2007).

Es más. Aunque nadie lo dijo en su momento, cuando Ribas fue contratado y presentado como entrenador y mánager general del Efesé (el pasado 17 de junio), el acuerdo al que han llegado el club y el técnico uruguayo tiene una duración de cuatro años. Y el compromiso de las dos partes es respetarlo y que el proyecto a largo plazo que están preparando entre Javier Marco, Javier Martínez y Florentino Manzano sea capitaneado desde el terreno de juego por Julio César Ribas, desde el principio (ahora) hasta el final, el verano de 2018. Pase lo que pase -el equipo todavía no ha ganado ni un solo partido con Ribas al mando-, 'El Gladiador' seguirá siendo el principal responsable del cuerpo técnico albinegro, según confirmaron ayer a 'La Verdad' fuentes del club.

Lo que une a las dos partes no es un contrato al uso entre club y entrenador, tal y como lo conocemos en el fútbol español. Lo que une a Sporto Gol Man 2020 y la empresa que representa al fondo de inversión con sede en Mónaco que llegó en junio a Cartagena de la mano del propio Julio César Ribas, es una especie de convenio de colaboración en el que Marco y Martínez se comprometen a respetar la autonomía del preparador uruguayo en la parcela deportiva durante cuatro años.

Trae un inversor

Mientras tanto, la empresa que ha traído Ribas se compromete a entregar cada temporada una cantidad de dinero a Sporto Gol Man, con el fin de que la mercantil valenciana pueda asumir los gastos de un club de Segunda B -deficitario por naturaleza- como es el Cartagena. El primer pago, de unos 200.000 euros, se hizo unos días más tarde de la presentación oficial de Ribas como entrenador del Efesé. Y sirvió para pagar todo lo que se debía a la plantilla y técnicos de la pasada temporada.

El idilio entre unos y otros es absoluto hasta el momento. Marco y Martínez han podido salir adelante este verano gracias al dinero que ha puesto el fondo de inversión monegasco que trajo Ribas. Su representante en España es Daniel Golpe, amigo de toda la vida de Ribas. El mánager uruguayo, asesorado en todo momento por Florentino Manzano y Daniel Golpe, se ha encargado de que el dinero entre en el Cartagena, un club que había sido abandonado a su suerte por Paco Gómez, cansado de poner dinero y acumular fracasos, e iba camino de una muerte segura. De momento, sigue vivo.

Marco y Martínez están encantados con sus compañeros de viaje, ya que han prometido seguir invirtiendo en el club. Y Ribas, por su parte, cuenta con el aval de haber conseguido un inversor que parece solvente. El futuro aclarará si es así, por supuesto. Pero, de momento, eso le mantiene fuerte ante Marco y Martínez, más allá de que el equipo que el uruguayo prepara haya empezado la temporada de un modo nefasto, que ocupe puestos de descenso a Tercera y que todavía no haya ganado ni un solo partido. Lo importante para Marco y Martínez es que Ribas trae estabilidad financiera. Y entienden que lo deportivo se va a ir solucionando poco a poco.

En este sentido, la situación se ha complicado mucho por el obligado viaje de Ribas a Uruguay. Los responsables de la Oficina de Extranjería de Murcia ya advirtieron al club que el mánager general tendría que permanecer casi un mes en su país, antes de que le dieran permiso para volver a España. Y su forzoso destierro en Uruguay ya va por el día 13. No estará este domingo en Cáceres y tampoco es seguro que llegue a tiempo para dirigir desde los alrededores del banquillo el partido ante el Sevilla Atlético, que se jugará en el Cartagonova el próximo 5 de octubre.

En el banquillo

Una de las primeras cosas que hará Ribas cuando regrese a Cartagena, será ofrecer una rueda de prensa junto a Simón Ruiz, la persona que está poniendo el carné de primer entrenador y hace de portavoz del cuerpo técnico. En esa comparecencia pública, ambos aclararán el papel de cada uno en el cuerpo técnico y se intentará evitar por todos los medios una denuncia del Centro Nacional de Formación de Entrenadores. El club no quiere más líos. Luego, se negociará con el Colegio Nacional de Entrenadores, con el fin de que Ribas, que no tiene el UEFA Pro Licence, consiga cuanto antes un permiso especial para poder sentarse en el banquillo del Cartagena durante esta temporada. Si no es posible, el club intentará que Ribas esté en el banquillo, junto a Simón Ruiz, ya sea como segundo entrenador, como auxiliar o como delegado.

Para eso, el primer paso es que el mánager albinegro logre por fin desatascar su situación laboral. Necesita obtener un permiso de residencia temporal, para poder vivir en España durante cinco años, y entonces podrá conseguir su permiso de trabajo y ser contratado por el Cartagena, quien por cierto solo se hace cargo de los gastos de casa y coche de Ribas. Su sueldo lo paga de manera íntegra el fondo de inversión que desde esta temporada ha prometido hacerse cargo de una importante parte del presupuesto del club cartagenero.

Por tanto, los aficionados del Cartagena que han pedido la cabeza del entrenador, tras completar el equipo albinegro el peor arranque de su historia, tendrán que conformarse con seguir viendo a Ribas cada domingo junto al banquillo local del estadio Cartagonova. Aquí no ha empezado con buen pie, pero en su país Ribas fue un notable futbolista, capaz de aguantar 17 años en las dos principales categorías del fútbol uruguayo.

Era mediocentro defensivo y llegó a jugar 25 partidos con la selección uruguaya. Se retiró con 35 años, tras casi 500 partidos oficiales en diferentes clubes. Y a los 36 años debutó como entrenador de Segunda División. Es un tipo experto, con carácter y con bastante prestigio en su país.

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