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HISTORIAS EN BLANCO Y NEGRO

José Carlos planta a JIM

El sevillano se negó a jugar los últimos tres minutos de un partido ante el Betis y el técnico alicantino le echó la cruz

Francisco J. Moya

Domingo, 31 de agosto 2014, 23:55

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Las cosas se estaban torciendo. Era abril de 2011 y se estaba terminando la segunda campaña de Juan Ignacio Martínez al frente del Cartagena, en Segunda A. Las cosas ya no rodaban igual de bien que el año anterior. El ascenso a Primera estaba mucho más lejos que doce meses antes y la mala racha del equipo a domicilio, donde era incapaz de puntuar desde febrero, provocaba que el sexto puesto se distanciara demasiado. El vestuario, una piña el ejercicio anterior, se resquebrajaba. Había dos bandos. Y algunos, como el sevillano José Carlos Fernández, iban por libre.

Así, llegamos a la jornada 34 del campeonato, un partido clave ante el potentísimo Real Betis de Pepe Mel. Y en el Villamarín. Cygan fue expulsado a los 18 minutos y los Rubén Castro, Molina, Emaná, Beñat y compañía aplastaron al Cartagena de los Kiko Casilla, Cala, Clavero, Toni Moral, Riga y demás (5-0). Lo peor no fue la goleada. El ascenso iba a escaparse de todos modos. Lo peor fue que el vestuario terminó de partirse en dos. Por un lado, los que defendían al entrenador. Por el otro, los que no querían ni verlo.

Sucedió que a falta de tres minutos, Juan Ignacio Martínez, en la grada tras ser expulsado, ordenó a su segundo, Javier Pereira, que metiera en el campo a José Carlos, cedido en enero por el Sevilla, y quitara a Toni Moral. Y el fino mediapunta nacido en Riotinto (Huelva) se negó a jugar los últimos minutos de un partido que su equipo perdía por un contundente 5-0. Pereira metió a Longás.

La reacción del onubense, quien solo era defendido en la caseta por su amigo y paisano Juan Cala, sentó muy mal a sus compañeros de vestuario, especialmente a los más veteranos, como Mariano Sánchez, Víctor o Cygan. Alguno se lo recriminó esa semana. Y, por supuesto, el técnico no hizo la visto gorda. Al contrario, le echó la cruz al futbolista, quien ya no volvió a ser titular en el resto de la Liga y solo disputó 41 minutos más. En los últimos cinco encuentros no fue ni convocado.

Como era de esperar, la relación entre Paco Gómez y Juan Ignacio Martínez, que ya iba deteriorándose, empeoró mucho más, ya que José Carlos era un futbolista (lo sigue siendo) de mucha calidad. Era muy vistoso y al entonces dueño del club le gustaba mucho.

«Me provoca»

Como suele suceder cuando una relación se rompe, siempre hay una gota que colma el vaso. Y en este caso de Paco Gómez y Juan Ignacio Martínez fue la suplencia de José Carlos en aquellos últimos y decisivos partidos de la Liga 2010-11. El presidente llegó a decir a sus colaboradores que Juan Ignacio le estaba «provocando» al no darle minutos al exquisito jugador cedido por el Sevilla, un futbolista al que el técnico alicantino deseaba tener a sus órdenes desde 2009, por cierto.

«Lo de José Carlos no tiene explicación. Se empeña en no ponerlo, sabiendo que me cuesta 4.000 euros, porque tengo que darle al Sevilla ese dinero por no ponerlo. Lo humilló en el campo del Betis, queriendo sacarlo con 5-0 y a falta de tres minutos, sabiendo que él es jugador del Sevilla. Eso es provocarme a mí y provocarle al chaval», declaró Paco Gómez.

El empresario de la Vega Baja añadió que el entrenador no había sabido manejar el vestuario y que «no se puede contar solo con 12 jugadores, porque después, cuando necesitas a los demás, éstos no responden, como ha pasado con Iñaki Muñoz, que lo veo quemadísimo con todo lo que ha pasado. O lo de Cala, que ha preferido operarse y dejar de jugar, cuando otros jugadores con su misma lesión siguen jugando y no pasa nada». José Carlos milita ahora en el Córdoba, en Primera, tras pasar por AEK de Atenas y Rayo Vallecano.

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