Borrar
Javier Martínez, Paco López y Cristina Bustillo, el pasado 11 de marzo, durante la presentación del nuevo proyecto.
Las tareas pendientes de Martínez

Las tareas pendientes de Martínez

Tiene un mes para pagar a la plantilla, renovar a Tevenet e ilusionar con un nuevo proyecto

Francisco J. Moya

Domingo, 1 de junio 2014, 22:49

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Hoy, a las 13.00 horas, arranca en la sala de prensa del estadio Cartagonova el proyecto del Cartagena 14-15. Va a comparecer delante de los periodistas Javier Martínez, abogado valenciano de 48 años, que es la persona que manda en el FC Cartagena. Según Florentino Manzano, quien se ha convertido en una especie de portavoz local del administrador único de Sporto Gol Man 2020 SL, Martínez tiene «capacidad, solvencia e interés en hacer grandes cosas en el Cartagena». Si eso es así, hoy mismo tiene que empezar a demostrarlo. Él cuenta con plenos poderes y es la persona designada por los miembros de Sporto Gol Man 2020 SL para que gestione como crea conveniente una entidad en la que ahora arranca una etapa llena de enigmas. Todo son dudas, pero hay tiempo por delante para convertirlas en certezas. Todo está por hacer. Martínez no ha aclarado nada en estos dos meses y medio que lleva al frente de la nave albinegra. Ya ha llegado el momento de ser convincente. Y de que las promesas se vayan convirtiendo en realidades.

  • Nóminas.

  • Hay que conseguir 332.000 euros para pagar las tres nóminas y media que quedan por abonar y lograr así que los futbolistas retiren las denuncias que han presentado en la AFE.

  • ¿Quién manda?

  • Javier Martínez y Paco López llevan más de un más sin hablarse. Si no arreglan su relación personal, será imposible que el proyecto pueda arrancar con los dos juntos. Si siguen de la mano, deben decidir quién manda.

  • Renovaciones.

  • Los representantes de los futbolistas no esperan a nadie. Si esta semana no hay avances, las renovaciones de Carlos David, Antoñito, Riau y Fernando se pueden dar casi por perdidas.

  • La cantera.

  • La relación con el Cartagena FC de Gómez Meseguer está rota. El primer equipo no cumple con los pagos prometidos y la comunicación es nula.

  • Mensaje positivo.

  • Mantener los 4.800 abonados que tiene el club va a ser muy complicado, una tarea casi imposible. Pero cuantos más mensajes positivos se manden en las próximas semanas, más posibilidades hay de convencer a los que se quieren ir del estadio.

  • Profesionalizar el club.

  • Hay muchos 'jefes' y pocos 'indios'. La Segunda B va a menos, pero un club que quiere crecer, aspirar a subir y mantener sus cinco mil abonados no puede contar con una estructura tan precaria. La dirección deportiva, por ejemplo, debe ser reforzada. Reverte está solo.

  • Instalaciones propias.

  • Si el FC Cartagena quiere poner las bases de un proyecto de fútbol base propio, necesita campos. Una ciudad deportiva sería fundamental, aunque suena utópico.

Lo primero que debe hacer el abogado valenciano, quien quiso entrar en el Mallorca antes de comprar el Cartagena, es sacar los más de 300.000 euros que necesita para pagar las tres nóminas y media que debe a la plantilla actual del Efesé. Cuando llegó, Martínez firmó una cláusula -impuesta por Paco Gómez- en la que se comprometía a poner al día a los futbolistas y empleados del club en un plazo de seis días. Evidentemente, no la ha cumplido. Hoy debe explicar los motivos de este incumplimiento y, sobre todo, tiene que convencer a todo el mundo de que está dispuesto a pagar. Si no lo hace, las denuncias seguirán en la AFE. Y el futuro será muy negro.

Luego, Martínez tiene que aclarar quién va a mandar en el club a partir de ahora. Su relación con el presidente del consejo de administración, Paco López, está muy deteriorada. Llevan un mes sin hablarse y así no pueden seguir. O solucionan las cosas o todo arrancará mal. Un proyecto serio no puede nacer viciado. Es obvio. También ha llegado el momento de que Martínez cuente exactamente qué papel va a desempeñar Florentino Manzano en el Cartagena a partir de ahora. Si va a estar en el día a día, debe advertilo públicamente.

Una vez solucionado lo más urgente, llegará todo lo demás. Hay que consolidar un proyecto serio en Segunda B, que haga que todo el mundo piense que es posible ascender a Segunda a corto plazo. La clave de todo es consolidar un proyecto deportivo y económico serio en Segunda A. Pero es a largo plazo. Antes, hay que sentar las bases en la división de bronce. El objetivo de Javier Martínez es a largo plazo. Eso ha dicho siempre el valenciano. «La gente dice que el nombre de la empresa es feo y largo. El 2020 que sigue a Sporto Gol Man no está puesto de relleno. El 2020 es un punto de llegada. Es un objetivo. Y para entonces, el reto es tener un club lo más profesional posible y que esté en mejores condiciones que ahora». Son palabras pronunciadas por el nuevo dueño del club en la presentación de su primer proyecto, el pasado 11 de marzo.

Se puede hacer un buen proyecto sin gastar demasiado. Hay cuatro renovaciones que no pueden esperar más. Son las de Carlos David, Riau, Antoñito y Fernando. Si el club logra retener a estos futbolistas, le estará mandando un mensaje muy positivo a sus abonados. Una cosa lleva a la otra. Mantener a los 4.800 abonados de este año parece una tarea imposible. Pero hay que convencer con hechos a los que se quieren ir. Solo así pensarán en quedarse.

Muchas lagunas

Es muy necesario profesionalizar un club que sigue en precario. No se puede volver a posponer este objetivo. Los 11 millones invertidos por Paco Gómez y los tres años en Segunda no han servido para que el FC Cartagena cuente con una estructura profesional. Ahora mismo, hay más jefes que empleados. Es un sinsentido. Hay un presidente del consejo Paco López, una consejera delegada que es también la gerente (Cristina Bustillo) y un director deportivo (Pedro Reverte) que está solo y no tiene quién le haga informes, más allá del cable que le echa de manera altruista Javi Manzano. Con Antonio Martínez (Director de Comunicación) nos salen un total de cuatro jefes. Y solo hay tres empleados más en las oficinas. Es ilógico.

La estructura es deficiente y el organigrama, más precario incluso que hace diez años. Estamos en momentos de crisis, en los que el fútbol cae en picado, los ingresos menguan y los clubes reducen gastos y personal de un modo fulgurante. Pero el Cartagena necesita crecer. Debe modernizarse y, sobre todo, está obligado a potenciar su famélica secretaría técnica, crear un área de detección de talentos, acercarse a los clubes de base de la comarca, crear una red comercial y explorar nuevas vías a través del marketing.

Por otro lado, la cantera tiene que aparecer ya. El futuro pasa por el fútbol base. Hace 20 años que Cartagena no da futbolistas. Desde hace dos décadas, el Cartagena juega sin cartageneros. Y si algo bueno tuvo en su modesta historia el balompié local es que siempre dio jugadores de la tierra que, al menos, sirvieron para formar buenas plantillas en Segunda B o en la antigua Tercera. Es imposible que una comarca en la que viven más de 300.000 personas no dé talentos suficientes para llenar un vestuario de Segunda B.

El éxito pasa por trabajar las bases. Y para eso hay que arreglar la relación -mala- con el Cartagena FC de Gómez Meseguer. O poner en marcha un proyecto propio. Para eso, son necesarias unas instalaciones propias. Una ciudad deportiva lo cambiaría casi todo, pero eso ahora suena a quimera.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios