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Zurdo y Súper se bajan del autobús, ayer por la tarde al llegar al hotel de concentración del Cartagena, ubicado en el centro de Avilés.
Una tarde como la de Tudela

Una tarde como la de Tudela

Picón y De Lerma, novedades en el 'once' de un Cartagena que quiere repetir la hazaña de la Copa y obrar el milagro ante un cauto Avilés

FRANCISCO J. MOYA

Sábado, 24 de mayo 2014, 23:25

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El Cartagena lo tiene crudo. Muy crudo. Decir lo contrario es mentir. Y a estas alturas de la película, con todas las promesas incumplidas que se han acumulado en un año lacerante en lo institucional y sorprendentemente plácido en lo deportivo, lo último que se debe hacer es mentir a los aficionados y a los futbolistas, los dos músculos que impulsan un sentimiento -el cartagenerismo- que sigue muy vivo a pesar de todos los pesares. Todo hace presagiar que la temporada acabará esta tarde para el Efesé. A mil kilómetros de casa, en la gélida primavera asturiana. Allí parece que todo acabará. Lejísimos.

Salvo milagro en forma de remontada, los obreros de Tevenet se quedarán fuera de la lucha por un ascenso que se han merecido por implicación, trabajo, dignidad y honradez. Pero el 'playoff' no espera a nadie. Como la vida misma. Un error fatal te condena. Y el pésimo partido que completaron el pasado domingo en el Cartagonova los chicos de Tevenet hace que ahora se queden a expensas de un milagro.

Porque lo que el Efesé necesita esta tarde en el Suárez Puerta es un milagro. Ni una gesta ni una hazaña. No. Hace falta un milagro. Los números nunca engañan. Y menos si se miran después de nueve meses de competición y 39 partidos disputados. Nadie ha marcado este año tres goles como visitante en el Suárez Puerta. El Avilés lleva tres meses sin perder un partido. El Cartagena de los dos últimos meses no es el Cartagena dominante de la primera vuelta. Ganar 0-3 (o 1-3) parece una quimera.

Hay que intentarlo, desde luego. Eso va a suceder, seguro. «Morir matando es nuestro sello», recordó el viernes Luis Tevenet, técnico del Cartagena. Y todo el mundo sabe que los 'once' obreros que esta tarde se pongan la camiseta del Efesé van a dejarse el alma en el campo. Los goles, el acierto y los fallos llegarán. Y no sabemos cómo se repartirán. Pero estamos todos muy seguros de que el Cartagena no va a regalar nada ni va a tirar el segundo partido. Y los futbolistas del Avilés son perfectamente conscientes de ello.

«Diferencias mínimas»

«Durante toda la semana, mi mensaje a los chicos es que todo da muchas vueltas, que todos somos profesionales y que las diferencias en Segunda B son mínimas. Entre los dieciséis que nos hemos clasificados no hay apenas distancias y este tipo de eliminatorias las deciden los pequeños detalles. Si no vamos a muerte somos un equipo que baja muchísimo. Si vamos pensando que está hecho, con un poquito menos que demos, estamos muertos», afirma el técnico del Avilés, Josu Uribe.

En el Cartagena ya han hecho inventario y han repasado el catálogo de errores cometidos hace siete días. En aquel partido, el Cartagena ofreció un nivel muy bajo. Ese no fue el Cartagena esforzado, guerrero y dinámico de todo el año. Y, por eso, la diferencia fue tan grande. Y, por eso, hoy hará falta multiplicar los panes y los peces en el Suárez Puerta. Si no marca tres goles esta tarde, el Cartagena quedará eliminado.

«Nadie podía pensar que íbamos a perder 1-3 en la ida. Y pasó. Nadie puede descartar que nosotros hagamos tres goles en su campo. Hemos preparado el partido de forma minuciosa y sabemos perfectamente qué es lo que nos falló en casa. Hemos analizado los errores y queremos jugar 90 minutos a buen ritmo, con intensidad y convencidos de que se puede remontar la eliminatoria. Debemos ser muy verticales, entrar mucho por las bandas y pisar su área con muchos efectivos», pide el preparador del Efesé, un Luis Tevenet que se mira en el espejo de Tudela. Allí, a mediados de octubre y cuando nadie lo esperaba, su equipo zanjó todas las dudas que había dejado en el inicio de la Liga con un sorprendente 1-4 que le hizo entrar por la puerta grande en el sorteo de la cuarta ronda de la Copa del Rey.

Tarantino y Diego Segura están fuera de la convocatoria y lo normal es que Dani Ruiz sea el descartado hoy. Picón entrará en el centro de la zaga y acompañará a Astrain. Riau, ya recuperado, ocupará el lugar de Zurdo. Y, si pasa el último test físico, De Lerma será titular en el doble pivote, junto a Carlos David.

Tevenet y sus muchachos miran a Tudela. Y a Huesca. Y a Algeciras. Resucitan el espíritu que le hizo brillar como equipo en las grandes citas, curiosamente todas a cientos de kilómetros de Cartagena, con el único apoyo del medio centenar de incondicionales que va a todas partes detrás de un escudo que para ellos es sagrado. Y recuperan ese espíritu con la fe del que sabe que se ha quitado de encima una pesada carga y que, cuando todo está perdido, ya no hay nada más que perder. Sin presión, sabiendo que hay mucho que ganar, los albinegros desean sorprender al Avilés.

El recuerdo de Alcoy

Al espíritu de Tudela, el que han recuperado los técnicos y futbolistas esta semana, se le une el de Alcoy, que es el que la afición quiere resucitar. Ayer se cumplieron cinco años de aquel histórico ascenso a Segunda y la 'Efesemanía', agarrada al clavo ardiendo del reciente pasado glorioso del club, espera que aquel milagro en forma de ascenso se repita en el encuentro de hoy. Mariano Sánchez, el único superviviente de aquella gesta, verá hoy el partido desde la grada del Suárez Puerta, ya que sufre una rotura fibrilar y solo ha viajado para estar con sus compañeros y hacer piña. Pedro Reverte, director deportivo, también ha viajado en el autobús con la plantilla.

En este sentido, el ex presidente Fran De Paula se subió ayer al autocar en Madrid para acompañar al equipo hasta Asturias y ser uno más en la expedición, como lo fue siempre hasta que se marchó al poco de llegar de Javier Martínez al club. El administrador único de Sporto Gol Man tiene previsto estar hoy en el palco del Suárez Puerta, junto a su principal colaborador, Javier Marco. El presidente Paco López y la gerente Cristina Bustillo se desplazaron ayer en coche hasta Avilés.

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